Por Carlos Báez Parzajuk
Este es quizás el único país en donde la delincuencia actúa con aviso y con permiso.
Es por eso que nos sentimos más desprotegidos e indignados que nunca.
Hoy se permitió y se concretó, lo que nos vienen diciendo desde hace un buen tiempo: sacar a los que tienen, para dar a los que no tienen. Sacar al que trabaja, para dar al que no tiene trabajo.
Hoy se le humilló a todo ciudadano de bien y se demostró la total fragilidad de nuestras instituciones.
Hasta se logró que la delincuencia cumpla con la obligación del Estado, y esa delincuencia se dio el lujo de jugar con el sentimiento y la desesperación de una familia, para llevar alimento a algunos hogares del país.
Hoy, la delincuencia, una vez más, actuó con total impunidad y lo hizo al lado del Congreso, a pocos pasos del Palacio presidencial y a unas cuadras del Poder Judicial.
Conste que el lunes el ministro del Interior dijo: “No nos someteremos a manuales ni a extorsiones de grupos delictivos”.
Sin embargo, hoy todos amanecimos sometidos a esos manuales y a esas extorsiones.
¿Dónde está la Fiscalía General del Estado? ¿Dónde están los fiscales de la causa?
Lo que se anunció ayer y se hizo hoy, ¿no es un delito?
¿No nos damos cuenta de que a partir de hoy habrá más Fidel, más María Edith, más Lindstron y más Cecilia?
Claro que estamos comprometidos con Fidel y su familia.
Claro que queremos a Fidel libre, sano y salvo. Pero también queremos instituciones fortalecidas y no sometidas.
Hoy no solo se declaró so’o...
Hoy, a la delincuencia le permitieron actuar con aviso y con permiso.
Hoy es Fidel... ¿y mañana?
Hoy fue carne... ¿y mañana?
Hoy, a la delincuencia se le permitió actuar con aviso y con permiso.
Y todos los ciudadanos paraguayos nos sentimos secuestrados. No solo por el EPP, sino que también por todas las instituciones que deberían protegernos y cuidarnos.
Como medio de comunicación solo estamos comprometidos con la vida de Fidel y con toda su familia.
Hoy se confirmó lo que desde hace un tiempo nos dijeron, hasta públicamente: se le debe sacar al que tiene, para dar al que no tiene.