15 dic. 2025

Con adultos que no saben leer ni escribir no hay desarrollo posible

La educación es uno de los determinantes claves para el bienestar de las personas y el desarrollo del país. En Paraguay, sin educación media es casi imposible dejar la pobreza y tener un empleo con seguridad social. A pesar de esta evidencia, Paraguay no solo no mejora en sus indicadores educativos sino que en algunos casos presenta retrocesos. Las cifras de analfabetismo en los últimos años muestran el deterioro educativo de las personas mayores de 15 años, dando cuenta del fracaso de la política. El Gobierno debe analizar estos datos e implementar medidas de manera urgente para garantizar el derecho a una educación de calidad.

Desde la caída de la dictadura el tema educativo ha estado en el debate y en los discursos, se han implementado reformas y ha aumentado la inversión. A pesar de ello el rezago sigue siendo importante cuando comparamos nuestro país con el promedio latinoamericano, brecha que aumenta vergonzosamente si la comparación es con países como Cuba, Uruguay, Costa Rica o Argentina.

El esfuerzo realizado no fue suficiente por muchas razones. La primera y la más importante es el bajo nivel de inversión. Paraguay es uno de los que menos gastan en educación y en medidas de protección social que apoyen los determinantes sociales de la educación como una adecuada nutrición, el trabajo infantil y adolescente, la violencia o el nivel educativo de los padres u otros adultos del hogar.

Si bien la educación escolar básica, la media y la universitaria están de manera permanente en el debate y son objeto de escrutinio ciudadano y de políticas públicas, hay ámbitos que no reciben casi ninguna atención. La educación básica de jóvenes y adultos está prácticamente ausente tanto en los ámbitos privados como públicos.

Las consecuencias de este olvido se observan claramente en los indicadores educativos. Esta semana se publicó un informe sobre la evolución del analfabetismo en los últimos 5 años. Es inadmisible que un país con más de 15 años de crecimiento relativamente alto no pueda garantizar una condición tan básica como la de saber leer y escribir.

Esta situación nos debe interpelar como ciudadanos de un país que tiene aspiraciones a integrarse a un mundo cada vez más competitivo y de superación de la pobreza y de sus históricos atavismos político-prebendarios En definitiva, aspiraciones de transitar hacia el desarrollo.

Estas aspiraciones encontrarán siempre como un obstáculo central la falta de educación. Según el estudio señalado, actualmente existen unas 338.000 personas de 15 años o más que no saben leer ni escribir. En porcentajes esto significa que el 6,7% de la población presenta esta condición.

Lo peor es que habíamos llegado a niveles mucho más bajos y en unos pocos años retrocedimos 13 años, ya que en 2007 fue el año en que se observa este mismo nivel de analfabetismo, que llegó a bajar a niveles mínimos -menores al 5%- entre 2013 y 2015.

Las cifras de analfabetismo aumentan de manera alarmante en las poblaciones de menores recursos, en indígenas y en mujeres. Las autoridades educativas deben profundizar en las causas estructurales y proponer soluciones eficientes y adaptadas a la realidad de las personas afectadas.

Las evidencias, tanto a nivel nacional como internacional, señalan que influyen el trabajo infantil y adolescente que afecta especialmente a los varones y el trabajo doméstico y de cuidado en el caso de las mujeres, la ausencia de políticas educativas acordes con las necesidades de los pueblos indígenas y de las personas discapacitadas, la falta de políticas para adolescentes, jóvenes y adultos que quieren volver a estudiar, entre otros. El Ministerio de Educación debe analizar las causas que afectan en Paraguay y proponer rápido una medida contundente que ayude a superar este grave problema.