El siguiente paso sería el financiamiento sin reembolso de los cultivos del barrio, ubicado en las inmediaciones de la estancia Kuñatai, que está instalado en un área de 1.798 hectáreas, sede de la fundación Francis Perrier. Este fue creado, según los documentos, con la intención de devolver a los pobladores parte de lo que en varios años había logrado el extranjero, tras instalarse en la zona.
Los campesinos habían ocupado en 5 ocasiones las tierras y fueron desalojados. Había una necesidad de ampliar la comunidad debido a la falta de tierras, acorde a los antecedentes. Los vecinos reclamaban que la fundación no cumplía con sus fines sociales, mientras que los representantes de la institución señalaban que era imposible desarrollar los programas, por los gastos judiciales que acarreaban las invasiones de sus tierras.
Luego de varios años de tire y afloje se llegó a un consenso con los agricultores, que no tenían otras intenciones más que tener un poco más de tierras para el cultivo, de acuerdo a lo señalado por la abogada Vilma Días. El inmueble estuvo ocupado desde el año 2017 por Luciano Esteban Perrier, uno de los hijos desheredados por Francis Perrier, y sus arrendatarios Marcio Ivair Lautenchlager y Lucas Lautenchlager y el ingeniero Cesar Antonio Santacruz.
CONVENIO. La suscripción de un convenio entre la Municipalidad de Tavapy con la Fundación Francis Perrier posibilitó que la comisión previo reconocimiento de la comuna accediera al uso de unas 120 hectáreas de tierra, ubicada en la franja de la estancia Kuñatai hacia la comunidad.
“El proyecto es solventar los gastos de cultivo de los pequeños agricultores, en el rubro de autoconsumo y también la sandía que es el emblema del Municipio. Ellos se dieron cuenta que los usurpadores tampoco le iban a ayudar. Fueron hostigados con policías, guardias privados armados, todo el tiempo”, afirmó la abogada.
“Ahora dejaron de ser invasores, tienen el uso autorizado a través de un convenio, y de hecho que cuando recobremos los créditos de la fundación que estamos reclamando, vamos a poder realizar la financiación. Darles insumos, semillas, es una donación mas bien, no se paga y eso disminuirá en porcentaje muy grande el costo de producción de ellos”, agregó.
GUERRA. La entidad no gubernamental lleva varios años de litigio con los hijos desheredados del creador de la Fundación Francis Perrier, quienes ingresaron a la propiedad a mediados del año 2017 y a través de acciones judiciales se mantuvieron en la estancia, hasta enero de este año, según los antecedentes.
La fundación logró una orden judicial de intervención y embargo preventivo, con relación a los granos producidos en la propiedad, con la que pretenden recuperar unos 5 millones de dólares americanos perdido al no poder acceder más al inmueble y cultivar para ayudar a los beneficiarios, según las denuncias. La cosecha sigue en el inmueble y los granos son entregados al silo Sama, ubicado en el distrito de Santa Rita.