La comunidad científica mundial se despidió ayer del “gran kilo“, el último objeto físico usado como patrón de medida, y redefinió cuatro de las siete unidades básicas del Sistema Internacional (SI), en su mayor revisión desde su instauración en 1960.
A partir del próximo 20 de mayo, Día Mundial de la Metrología –cuando entra en vigor el nuevo sistema–, la unidad básica de peso no estará definida por un cilindro de platino e iridio atesorado desde hace 130 años en Sèvres (a 14 kilómetros de París), y será sustituido por una fórmula matemática.
La resolución ha sido aprobada por unanimidad de los delegados de los 60 Estados Miembros de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM) con derecho a voto en la clausura de su 26 Conferencia General tras tres días de debate.
Es un cambio radical de paradigma, afirmó la secretaria ejecutiva del Comité Consultivo de Unidades del BIPM, Estefanía Mirandés. Desde 1799 el sueño de fijar constantes universales a las unidades de medida ha estado en la mente de todos los físicos.
De ahora en adelante, el kilo se definirá en relación con la constante de Planck, bautizada en honor a uno de los padres de la teoría de la mecánica cuántica, el físico alemán Max Planck. El cambio, según relata Mirandés, ha sido posible tras años de realizar diferentes experimentos. EFE