Aunque no se hable mucho del tema, los perros guías son compañeros valiosísimos para las personas que lo necesitan, tales como no videntes, gente con limitaciones físicas o de capacidades reducidas. También están los perros de servicio que pueden acompañar a niños con trastornos del espectro autista (TEA) y personas con estrés postraumático.
Un perro guía, perro lazarillo o perro de asistencia es un perro adiestrado para guiar a aquellas personas ciegas o con discapacidad visual o para ayudarlas en los trabajos del hogar. El perro guía es uno de los tipos de canes de asistencia que existen, posiblemente el más antiguo y más conocido.
“El entrenamiento de un perro guía comienza desde la selección del cachorro, se lo expone a una socialización temprana en diferentes entornos y personas. A medida que van creciendo y teniendo en cuenta la etapa de desarrollo en que se encuentran, se realizan varios tipos de test, como los de temperamento, que evalúa su estabilidad emocional y su reacción ante diferentes estímulos y la manera en la que puede gestionar una respuesta”, comenta la entrenadora Sabrina Lird.
La instructora canina menciona que luego pasan por pruebas de obediencia, para después introducir el adiestramiento formal referente al trabajo en especifico que van a realizar. Allí deben demostrar que responden de forma confiable a comandos específicos, se evalúa su resistencia física y su adaptación al entorno.
Cuando el perro ha completado la fase de entrenamiento básico, se empieza a trabajar con el vínculo a su futuro dueño, en este caso, un niño con discapacidad. Esta introducción se hace de manera gradual. El niño y el animal comienzan a interactuar en sesiones supervisadas, donde se le enseña al niño a reconocer las señales del perro y a reforzar su buen comportamiento, mientras que el perro se adapta a las necesidades específicas de su nuevo compañero.
Este proceso de vinculación es clave para que la mascota se convierta no solo en una herramienta de movilidad, sino también en un compañero de confianza para el niño.
Entre las razas más recomendadas para guías están el labrador retriever y el golden retriever por excelencia, porque son dueños de un temperamento estable y fuerza física.
Sabrina Lird es adiestradora de la Asociación Doberman Paraguay y también es propietaria de Paw Canin.
TESTIMONIO
Betty es una perrita de servicio que llegó a una casa con dos a tres meses de vida, pero llena de pulgas, garrapatas y otras enfermedades. La familia la llevó de una a otra veterinaria para tratar de salvarla. Luego de muchos tratamientos, incluso transfusión de sangre, lograron salvarla.
Betty se llama así por la novela Betty, la fea, por las condiciones en que fue hallada. Una vez repuesta, la familia trató de darla en adopción, pero no consiguieron acomodarla. Fue entonces que la familia que la encontró la adoptó y la inscribieron para ser una perrita de apoyo emocional. Así inició los entrenamientos.
Actualmente, Betty está ayudando a su propia dueña, Lariza Ledesma. “A mí me tocó estar en Japón en pandemia por tres años, no podía salir, no sabía cuándo iba a poder volver a mi país y eso me generó mucha ansiedad y estrés”, comenta Lariza.
La mujer menciona que un perro de apoyo emocional brinda estabilidad, por eso tener una rutina es muy importante, también acompañan. “Ella siente cuando yo estoy triste, por ejemplo, o cuando estoy ansiosa, se pone a mi lado y me acompaña hasta que yo me sienta mejor”, revela.
“Me costaba mucho socializar al estar tanto tiempo aislada, entonces al tener que quitarle a pasear a Betty todos los días, eso me obligó a socializar con otras personas”, relata.
Historia
Los primeros animales de servicio en Gran Bretaña eran pastores alemanes. Cuatro de estos primeros eran Flash, Judy, Meta y Folly, que fueron entregados a sus nuevos propietarios, los veteranos ciegos en la Primera Guerra Mundial, el 6 de octubre de 1931.
En 1934, The Guide Dogs for the Blind Association de Gran Bretaña comenzó sus operaciones. En 1916 se fundó la primera escuela dedicada a este tipo de adiestramiento en Alemania. Esta escuela fue creada por el Dr. Gerhard Stalling, con el objetivo de ayudar a los soldados que quedaron ciegos en combate durante la Primera Guerra Mundial. Diez años más tarde, la adiestradora americana Dorothy Eustis escribió sobre esta escuela un artículo en el periódico, el cual llamó la atención de Morris Frank, un joven invidente americano que propuso a Eustis que adiestrara un perro para él. Eustis aceptó y en 1928 Morris Frank se convirtió en el primer estadounidense que tenía un perro guía oficialmente entrenado.
El éxito de Morris inspiró a Dorothy a fundar la primera escuela de perros guía en Estados Unidos y se convirtió en un modelo para otras escuelas de perros guía en todo el mundo.