El papa Francisco reflexiona sobre la paz que menciona la lectura de hoy, que nos puede ser de utilidad para el momento que nos encontramos: “El Señor antes de irse saluda a los suyos y da el don de la paz (cf. Jn 14,27-31), la paz del Señor: «Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo» (v. 27). No se trata de la paz universal, esa paz sin guerras que todos nosotros deseamos que haya siempre, sino la paz del corazón, la paz del alma, la paz que cada uno de nosotros tiene dentro. Y el Señor la da, pero –subraya– «no os la doy como la da el mundo» (v. 27). ¿Cómo da la paz el mundo y cómo la da el Señor?, ¿son paces diferentes? Sí.
El mundo te da la “paz interior” –estamos hablando de esta, la paz de tu vida, ese vivir con el “corazón en paz”–, te da la paz interior como una posesión tuya, como algo que es tuyo y te aísla de los demás, te mantiene en ti, es una adquisición tuya: Tengo la paz. Y tú, sin darte cuenta, te encierras en esa paz, es una paz un poco para ti, para cada uno; es una paz “sola”, es una paz que te hace estar tranquilo, incluso feliz. Y en esta tranquilidad, en esta felicidad te adormece un poco, te anestesia y hace que te quedes contigo mismo con cierta tranquilidad. Es un poco egoísta: la paz para mí, encerrada en mí. Así es como el mundo da la paz (cf. v. 27). Y es una paz cara, porque tienes que cambiar constantemente los “instrumentos de paz”: Cuando algo te entusiasma, cuando una cosa te da paz, luego se acaba y tienes que encontrar otra... Es cara porque es provisional y estéril.
En cambio, la paz que Jesús da es otra cosa. Es una paz que te pone en movimiento, no te aísla, te pone en movimiento, te hace ir hacia los demás, crea comunidad, crea comunicación. La paz del mundo es cara, la de Jesús es gratuita, es gratis; es un don del Señor, la paz del Señor. Es fecunda, siempre te hace avanzar.
Que el Señor nos dé esta paz llena de esperanza, que nos hace fecundos, nos hace comunicativos con los demás, que crea comunidad y que siempre mira a la paz definitiva del Paraíso.
(Frases extractadas de http://www.vatican.va).