Llegó el frío y con el cambio de clima las consultas médicas se incrementan por infecciones urinarias en mujeres de diferentes edades. Para el doctor Raúl Fanego Rodríguez, médico cirujano, especialista en Ginecología y Obstetricia, esto se debe a que en esta época disminuye notablemente el consumo de líquido y, además, se suma el mal hábito de contenerse, “entre otros factores”, explica el galeno.
“La infección de las vías urinarias se produce en cualquier parte del aparato urinario; los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La mayoría de las infecciones ocurren en las vías inferiores, o sea, la vejiga y la uretra”, detalla.
Entre las posibles causas de este problema se encuentra la presencia de la Escherichia coli (E. Coli), un tipo de bacteria que se encuentra frecuentemente en el tubo gastrointestinal. “Sin embargo, algunas veces son responsables otras bacterias”, añade el médico.
Acerca de por qué las mujeres son más propensas que los hombres a tener este tipo de afecciones, Fanego explica que se debe a las diferencias corporales, físicas.
“Ellas tienen la uretra más corta, acortando la distancia que las bacterias deben atravesar para alcanzar la vejiga”, dice.
Los síntomas más comunes ante una infección de este tipo son: Orina de aspecto turbio, sensación de ardor, orina frecuente en pequeñas cantidades, dolor pélvico e incluso en la zona lumbar, y en algunos casos, la paciente incluso puede presentar fiebre, señala el especialista.
DIAGNÓSTICO
Para la detección de esta infección es importante una buena historia clínica para conocer los antecedentes, argumenta Fanego.
“El examen físico, con una prueba llamada puño percusión, dando unos leves golpes en la parte baja de la espalda (zona de los riñones). Y luego ir a los métodos auxiliares de diagnóstico”, detalla el profesional.
Entre estos auxiliares de diagnóstico se encuentra el análisis laboratorial de sangre, para evaluar el valor de los glóbulos blancos y la proteína C reactiva; el de orina simple y sedimentos, así como el urocultivo con antibiograma y la ecografía renal para detectar la presencia de litiasis o piedras en las citadas vías.
TRATAMIENTO
El tratamiento para contrarrestar una infección urinaria se basa en el uso de antibióticos. “En caso de presentar fiebre se trata con antipiréticos. Se pueden usar analgésicos de las vías urinarias para disminuir el dolor. No automedicarse y consultar con el médico”, puntualiza Raúl Fanego.
Otros consejos para evitar estas dolencias consisten en mantener una buena hidratación, ingiriendo 2 a 3 litros de agua por día, además de acudir al baño ante la necesidad, tomar vitamina C, mantener correcta higiene íntima, evitando el uso de toallitas diarias como rutina, entre otras indicaciones, detalla el ginecólogo y obstetra.
La infección urinaria o cistitis es frecuente en época de frío. Las mujeres tienden a contraer infecciones con más frecuencia debido a su biología.
Alimentación correcta
La Lic. Elisa Giménez, nutricionista, recomienda una dieta que ayude a prevenir y combatir la cistitis. En dicha dieta se debe incluir el consumo de probióticos, tales como yogur (sin aditivos), aceitunas, kéfir, chucrut, etc. Además, evitar el tabaco, café, té negro, té verde, mate, alcohol y picantes. Tampoco consumir carnes procesadas (pancho, tocino, jamón, mortadela). Se recomienda ingerir mucha agua y zumos, especialmente de frutas con vitamina C, así como jengibre en té, pepino, brócoli, ajo, perejil, avena y chía.