Paz Castaing admitió que la aplicación de la pérdida de investidura se convirtió actualmente en una suerte de medición de fuerzas en el Senado, y “esa no es la razón de ser” de esta herramienta.
Agregó que no se puede hacer un uso indiscriminado de la pérdida de investidura, porque se pierde la raíz y la esencia del instrumento constitucional. Aconsejó que los legisladores deben actuar bajo las luces de la razón y el debido proceso, porque de lo contrario los fallos pueden ser atacados o cuestionados, cuando se obvia el derecho a la defensa, o cuando una mayoría exigua y no calificada toma la decisión. “Llegar a la cacería de cada legislador tampoco es el caso”, refirió.
Paz Castaing explicó que la credibilidad fundamental de las instituciones de la República tiene que tomar cuerpo para dos cosas: no blindar situaciones que merecen una sanción, examinando detenidamente cada caso, y tampoco constituirse en un órgano que abusa del poder.
INTERPRETACIÓN. El ex senador también aclaró que, por el camino que fuere, la decisión de remover, destituir o expulsar a un legislador reside en las Cámaras del Congreso. Aceptó que quizás faltó alguna precisión de los constituyentes con respecto al artículo 201.
“A lo mejor pretendían que este tipo de cosas no ocurriría, pero la política tiene situaciones que muchas veces exceden los límites de la imaginación del legislador. Tampoco se puede prever todo, pero para eso está la interpretación de la ley, una interpretación lógica, sistemática, con los antecedentes que se pueden reunir para resolver con la mayor cercanía al concepto de justicia”, expresó.
Por su parte, el abogado Camilo Filártiga declaró que “lamentablemente” hoy existe una distorsión del uso de instrumento constitucional, que tiene que ver también con la desfiguración del uso de otros instrumentos previstos en la Constitución, como el juicio político, como la inmunidad parlamentaria, que son todas estructuras pensadas en la Constitución Nacional para ser empleadas o implementadas en ocasiones muy puntuales, muy específicas, sobre todo en ocasiones donde políticamente se cumplan los requisitos para que se activen esos instrumentos.
DISTORSIÓN. “Sin embargo, lastimosamente, hoy lo que estamos viendo es que la pérdida de investidura se está distorsionando, se está mal utilizando. De tanto utilizarla para cualquier caso se está generando una distorsión general del instrumento”, insistió Filártiga.
El abogado añade que la situación actual debe impulsar a los legisladores a reflexionar sobre la responsabilidad y la madurez de la clase política al momento de interpretar e implementar la Constitución. Opinó que “claramente” esa actitud no se está viendo, pues los parlamentarios están abusando de la figura de la pérdida de investidura, lo cual tiene un costo para la democracia.
“La pérdida de investidura es una figura que está prevista, pero para ser utilizada en situaciones de extrema necesidad, porque de lo contrario puede quedar efectivamente como un instrumento de vendetta política, que es como se la está utilizando ahora. Si entramos en esa política, los partidos y movimientos políticos más pequeños son los que van a ser más perjudicados”, advirtió el letrado.
Reiteró que en el caso de Cubas, más allá de juzgar si estuvo bien o no su expulsión, su pérdida de investidura hizo que los electores que lo votaron quedaran sin representante, porque su lugar fue ocupado por otro sector político. “Ese es un efecto negativo para la democracia (...), es una especie de sustracción de esa confianza popular puesta en un momento determinado”, lamentó Filártiga.
Los legisladores deben actuar con la razón y el debido proceso, porque si no los fallos pueden ser atacados.
Mario Paz Castaing,
ex senador.
Lamentablemente ahora se está utilizando la pérdida de investidura como un instrumento de vendetta política.
Camilo Filártiga,
abogado.
(La medición de fuerzas políticas en el Congreso) no es la razón de ser de la herramienta constitucional.
Mario Paz Castaing,
ex senador.