La corrupción en la Corte Suprema de Justicia, la poca confianza en la Fiscalía General y la necesidad de independencia de estos organismos de los poderes fácticos, así como una transformación educativa sin ideologías extrañas fueron temas principales abordados ayer desde el púlpito de la Basílica Santuario de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé.
Esto ante miles de promeseros y peregrinos que llegaron a la Villa Serrana para participar de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, ocasión en que la Iglesia Católica paraguaya sienta postura sobre situaciones que afectan a la realidad nacional.
Luego de la misa central, monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, leyó la IV Carta al pueblo paraguayo. Las críticas del religioso apuntaron a la Justicia; recordó el caso de corrupción que salpica al ministro de la Corte Antonio Fretes e involucra a su hijo en negocios con el extraditado a EEUU Kassem Mohamad Hijazi. El prelado lo calificó de escándalo de más alto nivel. ‘‘La corrupción es la punta de un sistema desfasado y poco confiable’’.
Sobre la Fiscalía General del Estado, cuya titular Sandra Quiñónez participó de la celebración, el obispo dijo que hace tiempo se habla de la poca confianza que genera su manejo actual. ‘‘Se requiere la independencia de los poderes fácticos para que realice su función con seriedad y ecuanimidad’’.
No queremos –dijo– fiscales “gatillo fácil” que imputan sin tener una base seria de un supuesto delito; tampoco fiscales complacientes con criminales y perturbadores de la paz pública.
Tampoco se quiere jueces “que prevarican y que abusan de sus funciones o fragüen resoluciones por presión política o del narcotráfico o de personas que se dedican a estafar y expoliar bienes ajenos”.
El obispo recordó al asesinado fiscal Marcelo Pecci señalando que si no fuera por el Gobierno de Colombia, el caso, probablemente, seguiría sin resolverse. También mencionó a las otras víctimas de la inseguridad: ‘‘La vida humana corre constante riesgo ante la incursión del crimen organizado que delinque impunemente bajo el amparo de poderosos patrones’’.
FAMILIA
Sobre la familia señaló que “está fracturada porque no tenemos raíces profundas de fe, porque tenemos volteados nuestros valores y prioridades”. Fue contundente al indicar que “la familia está herida porque sacamos a Dios de nuestro corazón, porque relativizamos la verdad, porque nunca hay tiempo para orar, porque aceptamos y normalizamos la infidelidad, el maltrato verbal y físico, porque humillamos a nuestra esposa o esposo delante de nuestros hijos o nuestros amigos. Porque guardamos silencio ante el pecado y la maldad”.
EDUCACIÓN
Monseñor Ricardo habló de la educación paraguaya y reconoció que el sistema educativo es deficiente y necesita una transformación, pero que el cambio deberá realizarse sin “ideologías que desvirtúan la naturaleza humana”, haciendo referencia al Plan Nacional de Transformación educativa. Reiteró que la Iglesia se mantiene en su postura a pesar de las fuertes presiones de los lobbies nacionales e internacionales.
En cuanto a la economía del país, la Iglesia Católica manifestó preocupación por el endeudamiento que asciende a miles de millones como deuda externa.
También puso la lupa sobre la intención de usar los fondos del Instituto de Previsión Social (IPS) de modo imprudente y deshonesto por faltantes causados por el mal manejo de la administración de la República”.
La renegociación del anexo C del Tratado de Itaipú fue otro tema de preocupación para la Iglesia. Mons. Valenzuela mencionó que nadie sabe si con la renegociación en 2023 los beneficios serán para Paraguay o una vez más solamente para unos pocos.
De cara a las elecciones, la Iglesia dijo a los cristianos que están llamados a elegir a autoridades que tengan una mínima credibilidad; que sean patriotas, que su historial de vida refleje el espíritu de servicio y de transparencia.
Como dijo monseñor Valenzuela, nos faltan valores como familia en el país y la fe en Dios y en la Virgen. Elizabeth González, devota.
En la misa hablaron de la droga del país, y eso es lo que está matando a la familia paraguaya y a sus jóvenes. Tamara Rodríguez, devota.
Vivimos en un país donde reina la corrupción y las injusticias. Debemos salir adelante con un cambio político. Fabrizio Medina, devoto.
100.000 kilos de basura fueron recolectados en Caacupé, tras culminar la misa principal por la festividad de la Virgen.
22.000 personas pasaron entre el 7 y 8 de diciembre por la Terminal de Ómnibus de Asunción, rumbo a la Villa.
4.000.000 millones de personas se estima llegarán a la Basílica durante estos días para cumplir su promesa.
“A las autoridades, el pueblo soberano no les ha dado poder para enriquecerse más y más”
Pedimos dos cosas a nuestras autoridades nacionales, departamentales y municipales: Que hagan bien lo que deben hacer y que administren honestamente los recursos que la gente les confía. Que los administren a favor de la gente, en especial de la gente humilde.
Es necesario fijarse en el endeudamiento de nuestro país en cifras siderales (…) No nos parece prudente hacer préstamos y más préstamos y aprobar, deliberadamente, un presupuesto deficitario; gastos y más gastos sin tener aún con qué pagar.
Hemos sido testigos de un escándalo que afectará al más alto nivel de la Corte Suprema, corrupción que es la punta de un sistema desfasado y poco confiable. Así también, desde hace tiempo se habla de la poca confianza que genera el manejo de la Fiscalía General del Estado.
La vida humana corre constante riesgo ante incursión del crimen organizado que delinque impunemente bajo el amparo de poderosos patrones. Asesinaron al fiscal Marcelo Pecci (…) Si no fuera por el Gobierno donde ocurrió el crimen (Colombia), el caso, probablemente, seguiría sin resolverse.
Debemos reconocer que nuestro sistema educativo es deficiente y necesita una transformación (…). La educación debe ser integral e integrada (...) que respete la identidad sexual, la cultura del pueblo paraguayo y la dimensión trascendente de la vida.
Los cristianos estamos llamados a elegir a autoridades que tengan una mínima credibilidad; que sean patriotas, que su historial de vida refleje el espíritu de servicio y que cimente su programa en un proyecto sólido, sostenible, basado en el bien común, en la transparencia.
Carta al pueblo paraguayo, monseñor Ricardo Valenzuela
