El volumen de cargamento incautado en este tiempo demuestra que el tráfico ilegal de bebidas alcohólicas siguió muy vigente durante la pandemia, incentivado además por la favorable diferencia cambiaria de las monedas de los países fronterizos, destacó Germán Zonetti, coordinador de la COIA.
“Estamos poniendo en práctica varias estrategias para intentar frenar el contrabando de bebidas. Con el aumento de la incautación de productos se nota que la diferencia cambiaria empezó a influir bastante en la motivación de la gente para ingresar bebidas alcohólicas en forma ilegal al territorio. Esto nos llevó a poner el mayor esfuerzo y, aunque somos conscientes de que aún no es suficiente, estamos haciendo todos los controles previstos para frenar el flagelo”, explicó Zonetti.
Agregó que con los allanamientos, controles y decomiso en ruta apuntan no solo a cortar el tráfico ilegal, sino también a debilitar los puntos de comercialización de estos cargamentos. “En realidad, desde el inicio de la pandemia y con el cierre de las fronteras tuvimos casi el mismo ritmo de incautaciones y eso hace que al cerrarse los pasos oficiales se hayan aprovechado los puntos clandestinos de ingreso. Por tanto, considerando el volumen de las incautaciones, no hubo una pausa durante la pandemia, todo siguió casi igual o más, favorecidos por la devaluación cambiaria del real y el peso”, remarcó.
Zonetti explicó que una vez realizadas las incautaciones de productos ilegales y retenidos los camiones y personas involucrados, elevan un informe a la Asesoría Jurídica de la DNA, para que se instruya sumario a los involucrados y se definan las sanciones, ya sea por contrabando, defraudación o falta aduanera.
La incautación de bebidas alcohólicas provenientes de Argentina y Brasil fue muy intensa durante la pandemia. Incluso, la cotización favorable del guaraní contribuyó a aumentar el tráfico ilegal.