La reliquia de la beata consiste en un fémur que se conserva herméticamente en un baúl fino hecho exclusivamente para proteger dicha reliquia, venerada por devotos de todo el país y el mundo.
Con aplausos, gritos, cantos y oraciones, los devotos recibieron la reliquia y la trasladaron en caravana desde la Segunda División de Infantería con asiento en Villarrica, pasando por el microcentro de la ciudad, hasta la Catedral Espíritu Santo, donde la beata comenzó sus servicios primeros servicios por mucho tiempo.
La reliquia fue trasladada a bordo de un móvil del Cuerpo de Bomberos Negros de Villarrica, que con su sirena anunciaba la llegada de los restos de la beata. Los pañuelos blancos, imágenes de la carmelita y varios carteles fueron parte de la caravana.
Posteriormente, los devotos pudieron apreciar más de cerca los restos de la carmelita, que se colocó frente al templo y los presentes pudieron entregar sus intenciones. En ese lugar, los sacerdotes ofrecieron discursos de bienvenida. Luego la reliquia fue colocada dentro de la Catedral donde se realizó una celebración presidida por el monseñor Adalberto Martínez, obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo.
puro amor. La hermana de Chiquitunga, Magali Guggiari, dijo a Última Hora que la carmelita era puro amor y que le encantaba estar rodeada de las personas. “Ella era puro amor. Todo esto que estamos viviendo es lo que a ella le representa”, refirió.
En horas de la noche, en el evento siguió con un festival artístico con artistas locales y naciones, con una masiva participación de la ciudadanía, frente a la Catedral. A la medianoche, los presentes cantaron a la beata por su cumpleaños número 97.
Chiquitunga nació en Villarrica el 12 de enero de 1925. Falleció el 28 de abril de 1959 por una infección hepática. Los que la llegaron a conocer aseguran que sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy! ¡Qué grande es la religión católica! ¡Qué dicha, el encuentro con mi Jesús! ¡Soy muy feliz!” y “Jesús, te amo. ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.