Con 256 de 277 escaños ganados el pasado 6 de diciembre en unas elecciones boicoteadas por el grueso de la oposición, que las tildó de “fraude”, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus socios políticos pasan a dominar la unicameral Asamblea Nacional en el periodo 2021-2026.
Hasta ahora era el único poder que escapaba del férreo control del presidente Nicolás Maduro.
“Estamos obligados al exorcismo” tras los cinco años del Parlamento opositor, lanzó el ex ministro de Comunicación Jorge Rodríguez, electo por aclamación para presidir la cámara.
“Muy temprano rociamos con agua bendita cada rincón”, añadió con ironía.
Rodríguez negó una “reconciliación con amnesia” en relación al periodo legislativo anterior, en el que Guaidó se proclamó presidente encargado de Venezuela con reconocimiento de medio centenar de países, en 2019, e impulsó una avalancha de sanciones para tratar de forzar la salida del poder de Maduro. “Métanse sus sanciones por donde les quepan (...), son inútiles”, zanjó.
Durante la campaña, Maduro y los candidatos del PSUV propusieron legislar para castigar a “traidores”, refiriéndose a Guaidó y a congresistas de la saliente mayoría opositora.
EEUU. De inmediato, en un comunicado del Departamento de Estado, Washington advirtió que desconocerá el Parlamento regido por el chavismo tras unas “falsas elecciones” y que seguirá considerando a Guaidó “presidente legítimo”.
Las calles cercanas al Palacio Legislativo, en el centro de Caracas, fueron bloqueadas por policías y militares. Acompañan a Rodríguez en la directiva del nuevo Parlamento, Iris Varela como primera vicepresidenta y Didalco Bolívar, como segundo, ambos personalidades del chavismo.