16 abr. 2024

Cerca de la corona, lejos del Papa

Édgar Emilio Servín*

Édgar Emilio Servín*

Aficionado como soy de las Ciencias Humanas, escribo estas líneas luego de un largo proceso de observación de una década, sobre hechos concretos acontecidos aquí en Asunción. Para que el amable lector comprenda el argumento del presente artículo, debemos remontarnos a dos personajes históricos y cuyos émulos aun transitan por estas latitudes, con notable rispidez.

Hablo de Armand Jean du Plessis, cardenal de Richelieu (1585-1642) y de Charles Maurice de Talleyrand-Périgord (1754-1838), príncipe de Talleyrand. Ambos eran obispos, que gobernaron Francia en tiempos distintos y con hábil perversidad.

Richelieu conforme a sus apetencias personales rigió y moldeó a la iglesia y a la política francesa de su tiempo, secundado por financistas y obsecuentes. Hoy diríamos que Richelieu contaba con un “equipo” técnico, político y financiero.

Richelieu requirió para gobernar la sumisión de los católicos fieles al Papa, los hugonotes (protestantes calvinistas), los señores feudales y el Partido de la Corte (el gobierno, la iglesia y el clero). Las medidas políticas y religiosas del cardenal dieron a la iglesia francesa un aspecto cuasi nacional, a espaldas de los dictados de los Papas Gregorio XV y Urbano VIII, ¿cuáles fueron los pasos de Richelieu para consolidar su reinado? Los siguientes. Desbarató la resistencia católica designando a funcionarios especiales en puestos claves del Estado y de la iglesia para controlar los movimientos del gobierno central y la magistratura mediante la centralización y el absolutismo, ¿les parece conocida esta historia? La gestión del cardenal Richelieu significó para los franceses represión política y miseria económica.

Talleyrand, siendo clérigo se sumó al Tercer Estado durante la Asamblea Nacional de 1789, reconociendo a la revolución y a su nuevo gobierno, apoyando años más tarde el golpe de Estado del 18 de Brumario de Napoleón Bonaparte. Fue designado ministro de Asuntos Exteriores y Embajador durante distintos regímenes.

Histriónico, a sus fracasos los travestía como propaganda; siendo el causante de varios conflictos internacionales por su intromisión en la política interna de otros Estados. Logró aumentar su fortuna con el correr de los años mediante el ejercicio de su función y de su posición privilegiada, ¿les hace ruido esta historia? La gestión del monseñor Talleyrand trajo un gran descrédito para la Iglesia Católica con la cual solo se reconcilia en su lecho de enfermo, cuatro horas antes de su muerte, ya que la utilizó para saciar sus apetencias políticas, diplomáticas y financieras.

Aficionado como soy de la Estrategia y de las Ciencias Exactas me permito individualizar dos factores comunes que - como presbíteros - identificaron la vida y obra de Richelieu y de Talleyrand: 1) Ambos se aferraron locamente por mucho tiempo a sus cargos, amasando grandes fortunas; y con ello 2) Tuvieron la capacidad de hacer daño a personas e instituciones de la época, de manera deliberada.

¿Quiere saber el amable lector que fue de la suerte de Richelieu y de Talleyrand? Richelieu fue destituido por el rey Luis XIII y Talleyrand por el rey Luis XVIII.

Como verá, para ello solo bastó una decisión política.

Aficionado como soy de los procesos de análisis de la información, hablo con propiedad y fundamento.

Finalizada la pandemia del Covid-19, que infelizmente nos remonta a la Edad Media, ya es tiempo que, una fresca brisa de renovación y cambio sople sobre alguna de las colinas de nuestra ciudad capital.


Como verá, para ello solo bastó una decisión política.

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