En la ciudad de Capiatá, tres delincuentes ingresaron al interior del supermercado La Economía, forzando el portón del depósito hasta llegar a la zona de las oficinas, donde violentaron una caja fuerte y se alzaron con un botín consistente en la millonaria suma de G. 300 millones, lo que corresponde a la recaudación de tres días.
El hecho se registró en horas de la tarde del domingo pasado, cuando el negocio estaba cerrado. El supermercado está ubicado sobre la ruta PY01, a la altura del km 17,5 de la ciudad de Capiatá. Además del dinero, los malvivientes se llevaron la memoria donde se guardan las grabaciones del circuito cerrado.
La víctima, José Sosa, denunció que los delincuentes violentaron por más de una hora la caja de seguridad hasta lograr abrirla. Indicó que manejaban datos precisos, ya que ingresaron por el depósito pasaron por el supermercado hasta llegar a una segunda planta donde se encuentran las oficinas administrativas. Del lugar se llevaron el dinero y las memorias de las computadoras en las cuales quedan grabadas el circuito cerrado. Solamente se pudo recuperar la filmación de un sector del súper, en el cual se observa a tres hombres, encapuchados y con tapabocas y guantes, ingresar al local. La misma está siendo analizada por la Policía.
Sosa también explicó que el guardia de seguridad se encontraba en el frente del local al momento del hecho, pero no se percató de lo ocurrido.
SEGUNDA VEZ. “Ya no se puede vivir así con tanta inseguridad”, expresó Mario Ortellado, un vendedor de lomitos en Areguá, quien fue víctima de delincuentes ayer de madrugada, por segunda vez en una semana.
“Me llevaron mi equipo de música, con el que recargo mi celular, dejaron las salsas afuera. Llevaron chicles, cigarrillos, cargaron todo, me vaciaron ya otra vez”, lamentó la víctima.
Los desconocidos que robaron el local rodante, ubicado en una plaza pública en Areguá, se tomaron tiempo hasta para consumir los productos del lomitero. “Hace tres días nomás me fui a traer mercaderías y yo no sé cómo voy a trabajar más ahora. Espero que las autoridades respondan”, acotó.
Aseguró que seguiría dedicándose al rubro, puesto que es su “pan de cada día” y sobrevive con ello, por lo que indicó que en el lugar también comenzó a construir un pequeño espacio de material para poder hacer sus ventas. “Hay mucha inseguridad, por esa razón, estoy levantando acá”, enfatizó.