Una política que no responde a las necesidades de la ciudadanía es la que emplean los partidos tradicionales, por lo que los jóvenes deciden sustituir a sus antecesores tras el cambio generacional. Esta es la realidad del actual electorado paraguayo, según el análisis del sociólogo José Carlos Rodríguez Alcalá.
Una señal de esta evolución es la elección de intendente en Ciudad del Este, un feudo colorado, donde la Asociación Nacional Republicana (ANR) fue derrotada, pese a la fuerza del aparato, la estructura y la unidad de los movimientos.
“En Ciudad del Este sucede una cosa muy paradojal, el Partido Colorado unido pierde contra la oposición desunida, algo insólito. En términos de voto, la ANR se acerca al 40% y la oposición toda junta, al 60%. Se produce un vuelco total”, indicó.
El sociólogo subrayó que la democracia no está resolviendo los grandes problemas que son solubles, como el desarrollo y la igualdad, sumados a la corrupción, por lo que la política es mal vista. “La gente ya no vota al Pato Donald, sino que quiere cambiar la historieta por la historia”, manifestó. Por consiguiente, hay una evolución del electorado paraguayo y eso se observa en las tres ciudades más grandes –Asunción, Encarnación y Ciudad del Este– no gobernadas por colorados. “Si mantienen una política tradicional, con clientelismo, plutocracia, uso indebido de bienes públicos, que es lo atacado, y no construyen su agenda con los problemas de la gente, serán castigados. Antes eran compradores exitosos, pero ahora la gente piensa diferente”, comparó.
La derrota de Wilberto Cabañas y la victoria de Miguel Prieto fueron definidas por el electorado joven. “Antes los jóvenes simplemente se sentaban, no hacían política, no participaban; sin embargo, desde el UNA no te calles, se están renovando, están comportándose como jóvenes, como lo que son, y no simplemente como resentidos. Están haciendo historia, se están dedicando a sustituir a sus antecesores”, afirmó.
Tras la lección esteña, los partidos tradicionales deberán tomar un nuevo camino con miras al 2020. “Ojalá la ANR y el PLRA entiendan que la reforma comienza por casa, y cambien, y los independientes aprendan a no repetir los vicios de los tradicionales. Los mismos que critican terminan repitiendo lo que criticaban. Que el electorado también aprenda a premiar a los buenos y castigar a los malos”, apuntó.
No obstante, Rodríguez estimó que no hay voluntad de cambio en la ANR, y que con frecuencia, las modificaciones son solo cosméticas. “Si no se enseña a leer ni a escribir, es porque no hay voluntad política y se usa eso para ganar votos y no como preceptor de la juventud, con eso le quitás el futuro a los niños, pero conseguís votos”, concluyó.