Se trata de una cruz ornamentada con hojas, flores, varias formas de chipas de almidón y collares de maní.
En algunas comunidades, los fieles acostumbran visitar los cementerios y cambiar las cruces de sus fallecidos, mientras que otros visitan las cruces a la vera de los caminos, no solo por familiares, para encender una vela o elevar una oración.
En la casa de los García, ubicada en Fernando de la Mora, los festejos llevan varias generaciones y este año invitan nuevamente a participar del rezo que harán junto al oratorio ubicado sobre la calle Mauricio José Troche en la zona Sur de Fernando de la Mora.
También la familia Antar del barrio Bernardino Caballero de Asunción, en inmediaciones del Hospital de Trauma (ex Emergencias Médicas), celebra cada año y aguarda a los creyentes para compartir oraciones y el acostumbrado chipa que cuelga en el altar montado en la vivienda.
En el interior del país también se alistan rezos y procesiones por el Kurusu Ára.