Una densa humareda se levantó en el lugar en el cual los bomberos de la Novena Compañía de Villa Elisa y de la Quinta Compañía de Lambaré trabajaron con sus carro-bombas y potentes mangueras para sofocar el siniestro.
Preliminarmente, voluntarios indicaron que, por el excesivo calor, un frasco de perfume dispuesto entre los desperdicios habría explotado alrededor de las 13.00, y que ello generó chispas en la parte alta del relleno para luego extenderse a los costados, lo que en momentos puso en jaque a la gente que vive a escasos metros de ese punto.
DRAMA. Pobladores de este sector ribereño indicaron que no es la primera vez que se queman los desechos en el vertedero capitalino, que se sumó al que se tuvo hace diez días atrás en un basural que rodea la laguna Cateura.
Por temor a represalias de los directivos de Empo y de sus custodios que manejan a la zona, algunos vecinos prefirieron el anonimato para señalar que la polución en el ambiente también viene de la enorme pileta de lixiviado que se tiene detrás mismo de varias viviendas precarias instaladas en el lugar, la cual despide un nauseabundo y asfixiante olor.
Hasta el momento, en el sitio no se colocaron los puestos de control permanente anunciados por los responsables de la Dirección General de Gestión Ambiental de la Comuna asuncena, para evitar que siga entrando más basura a las costas del contaminado recurso hídrico, y tampoco tarea de limpieza alguna.