Se entregaron ayer a la Justicia dos de los supuestos implicados en el homicidio del mecánico Miguel Rajczakowskij Novarchuk, ocurrido en San Lorenzo. El comisario Crescencio Portillo, director de Policía del Departamento de Concepción, informó que Luis Javier Galeano se entregó en la Subcomisaría 30 de Itacuá, Departamento de Concepción.
“Dijo que el día del hecho cobró el jornal de su trabajo, luego fue a tomar bebidas alcohólicas con una mujer, cuando se les acercaron dos hombres con quienes compartieron tragos. Supuestamente le pusieron algo en su bebida, luego le alzaron en una camioneta y le dijeron que iban ir a hacer un trabajo”, explicó el jefe policial.
El otro sospechoso es Rubén Domínguez Paiva. Se presentó ayer hasta la oficina de Investigación de Delitos del Departamento Central y se dio por detenido.
Datos investigativos revelan que Domínguez fue el que transportó a las tres personas que ingresaron al taller y acabaron con la vida del trabajador.
Consultado por los medios de comunicación, el ahora detenido afirmó que trabaja para una plataforma transportando pasajeros en distintos puntos de Asunción y ciudades aledañas.
En su relato afirmó que un hombre, conocido como el Negro, que según la Policía es Rolando Fernández, lo abordó cuando estaba en pleno trabajo y le dijo que lo lleve hasta Capiatá y San Lorenzo.
Luego de realizar este trabajo, de acuerdo a su versión, le encomendó otro viaje similar para el día siguiente.
Esta vez, antes de ir al taller en San Lorenzo, debían pasar por otras dos personas, en la zona de la Catedral de Asunción.
Una vez que los tres estaban en el auto fueron hasta la Ciudad Universitaria.
El detenido indicó que sus pasajeros le dijeron que el mecánico les debía dinero y afirma que le pidieron que vaya hasta el taller a asegurarse que el hombre se encontraba en el lugar.
“Me dijeron que me asegurara si el señor estaba en la casa. Yo solamente hice eso; no sabía lo que iba a pasar después”, aseguró. Domínguez fue captado por las cámaras cuando ingresaba al taller y realizaba la tarea que le habían encomendado.
Una vez que se aseguraron de que el trabajador estaba solo en su taller, los otros tres ingresaron y lo mataron a puñaladas. Los investigadores están sorprendidos por la saña que imprimieron al cometer el crimen.
Sigue la búsqueda de Rolando Fernández, alias Negro, y uno que aún no fue identificado.