En un juego extremadamente parejo, con llegadas contadas en ambos arcos, parecía que el empate era algo cantado, pero en los minutos finales el vértigo y las ganas de llegar a esa victoria tan ansiada fueron claves.
Ese vértigo hizo que los minutos finales fueran de ida y vuelta, sin marca alguna en el mediocampo, dando emociones.
INCREÍBLE. En la última jugada, Bernardo Medina intentó salir jugando de su arco con el juvenil Miguel Barreto (21 años) y este se la devolvió con la presión de dos jugadores de Luqueño.
Medina logró sacar al lateral y de este lateral se recuperó el balón y se lanzó el contragolpe.
En la contra intervinieron Aranda, Salcedo y Dionicio Pérez, que quedó bajo el arco, ya con Arzamendia a contrapierna, para definir y marcar el gol de la victoria ya en el tiempo adicionado.
CLIMA TENSO. La hinchada de Luqueño empezó a colgar las banderas al revés, en señal de protesta en el segundo tiempo, ante el empate de Capiatá.
Tras la derrota, varios hinchas se acercaron a increpar a los dirigentes del Sportivo que no tuvieron otra que aguantar la queja. El ambiente en el Auriazul se deteriora conforme los promedios se ajustan.