La torrencial lluvia acompañada de fuertes vientos de 82 km por hora que se abatió sobre Asunción entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer desnudó una vez más la precaria infraestructura existente en la ciudad y la inconsciencia de la gente en lo que respecta a la disposición final de la basura.
Caudalosos raudales se formaron en calles y avenidas de la capital, arrastrando toneladas de desechos que taponaron sumideros y alcantarillas y que en alto porcentaje fueron a parar a arroyos y otros cursos de agua. Otra vez las rejillas de la arteria Juasy y, en barrio San Pablo, quedaron trancadas por desperdicios.
Un total de 185 familias de Zeballos Cué, San Blas (ex Villa Bartolo), Santa Ana, San Francisco, Puerto Caacupé mi, San Jorge (Trinidad), Cerrito, 3 de Febrero y Huracán, en la Chacarita fueron afectadas por la inundación de sus casas y, en otros casos, por el derrumbe de las mismas.
La directora general de Gestión de Riesgos de la Comuna capitalina, Nidia López, informó que se asistió a las mismas con colchones, terciadas, chapas y alimentos.
Durante gran parte del día, numerosos sectores asuncenos quedaron sin energía eléctrica.
El Departamento de Áreas Verdes de la institución municipal reportó la caída de 13 árboles en diferentes puntos, lo que obligó a la tarea de despeje por parte de un equipo de obreros.
PAVIMENTO. El hundimiento del asfaltado, que generó enormes baches, puso en riesgo al tráfico. Jorge Benítez, asesor de la Dirección de Vialidad de la Comuna capitalina, explicó que los daños más sensibles se tuvieron en Independencia Nacional y Presidente Franco; en General Santos y Ecuador y en Pizarro y Coronel Palacios, Republicano. “Se produjo por el colapso de cañerías de la red cloacal y de agua potable. Trabajamos con la Essap para poner a punto de nuevo estas calles para habilitarlas de nuevo al paso vehicular”.
La Costanera nos dejó en una palangana. Antes huíamos de las crecidas cada cinco años y ahora nos inundamos con cada lluvia. Es lamentable. Carmen Cubas, Chacarita.