15 feb. 2025

Cadep identifica dificultades en rubros puntuales de agroindustria

En el Análisis de coyuntura dentro de la Revista Economía y Sociedad, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), el experto Rubén Alderete habla de complejos escenarios productivos que pueden afectar el rumbo de una parte de la agroindustria.

Por ejemplo, el analista señala que el sector agroalimentario incrementó su valor agregado bruto (VAB) durante 2003-2014 a la tasa de 3,2% en promedio; pero en el periodo 2015-2021 creció 1,9% en promedio anual. En años recientes, se observó un menor dinamismo de sus principales sectores, según indica.

Mientras la exportación cárnica vino incrementando su peso relativo en comparación al sector de aceites y pellets, estos últimos disminuyeron su importancia en las exportaciones de la agroindustria alimentaria en los últimos años, expresa el analista.

A su criterio, surgieron recientemente condiciones adversas que obstaculizaron la producción normal en el sector: La producción de aceite y harina de soja se redujo alrededor del 12% anual en promedio en los últimos cinco años, entre otros aspectos.

Alderete menciona que la agroindustria alimentaria representó alrededor del 40% del valor agregado industrial producido por Paraguay en los últimos quince años; mientras que el crecimiento de los sectores que componen esta clasificación fue fundamental para el incipiente proceso de diversificación exportadora que la economía local ha experimentado durante este siglo.

“Sin embargo, parte de esta agroindustria se enfrenta a complejos escenarios productivos que pueden afectar el rumbo del sector en general”, destaca.

Tras la fuerte caída de las exportaciones de soja y derivados en el año 2012, cayeron las cantidades exportadas de aceite de soja, en promedio, alrededor de -5,5% por año desde 2015 hasta 2022, según consigna en el reporte.

Además, la harina de soja cayó -6,7% anual en promedio durante el mismo periodo. La disminución de mayor cuantía en el periodo 2015-2022 fue durante el último año, tanto para el aceite como para la harina de soja. “Esto coincide con la drástica caída de las ventas externas de granos de soja en 2022. De esta manera, la menor dinámica registrada en los últimos años en el sector agroalimentario tanto a nivel de VAB como a nivel exportador se explica en gran parte por la caída de los derivados de soja”, explica en sus referencias.

Agrega a lo anterior el dato de que el sector de aceites tuvo una expansión en la inversión extranjera directa (IED), que alcanzó su mayor valor entre el periodo 2010-2012. Durante estos años, el stock de IED promedio en este sector fue de 1.050 millones de USD, de acuerdo con Alderete.

“Desde entonces, el stock de IED fue disminuyendo, aunque en promedio sigue por encima de los USD 800 millones. Como resultado de esta inversión, se obtuvo un aumento en el procesamiento industrial de la producción de soja. Según datos de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), el porcentaje de industrialización subió por encima del 30% del total de la producción nacional de soja desde 2013”, destaca.

Una de las razones que se mencionan como limitantes para el sector de los derivados industriales de soja es la dificultad para obtener materia prima, según el analista, quien sustenta su argumento en el dato que habla de las exportaciones de granos de soja, que se destinaron desde 2018 casi exclusivamente a países del Mercosur, en especial a la Argentina.


Aceites y pellets disminuyeron su importancia en las exportaciones de la agroindustria alimentaria en los últimos años, según expresa el analista Rubén Alderete, del Cadep.

40
por ciento del valor agregado industrial paraguayo es representado por la agroindustria últimamente.

5,5
por ciento fue el nivel de caída del aceite de soja, en promedio, desde 2015 a 2022, según un análisis.