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Kennebunkport
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, buscará el apoyo del mandatario ruso, Vladimir Putin, para aplicar sanciones más amplias a Irán por su programa nuclear, durante las negociaciones que mantienen en Maine.
Seis años después de que Bush dijo que confiaba en Putin porque había logrado “sentir su alma”, los lazos entre ambos países se han enfriado debido a las preocupaciones de Rusia frente a un escudo antimisiles estadounidense en Europa del Este.
Las relaciones también se han visto afectadas por la oposición de Moscú a la guerra en Irak y a las preocupaciones de Washington ante un retroceso de las libertades en Rusia.
Las negociaciones de dos días en la casa de la familia Bush en Kennebunkport comenzaron anoche. Funcionarios han descrito el encuentro como informal y han restado importancia a las posibilidades de que se logren grandes avances en temas como el escudo antimisiles.
Sin embargo, un funcionario estadounidense de alto rango, quien informó a periodistas sobre la visita a comienzos de la semana, dijo que ha habido “una creciente convergencia en las posturas de Estados Unidos y Rusia” ante las reocupaciones por el programa nuclear de Irán.
“Creo que vemos la amenaza de manera muy parecida”, sostuvo el funcionario, quien agregó que habría discusiones sobre una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán.
Según el periódico The New York Times, una de las propuestas presentadas el viernes ante funcionarios rusos y otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU exigiría revisar los cargamentos que se dirijan a Irán para ver si hay envíos de armas ilegales relacionadas con el tema nuclear.
El Times dijo que las revisiones son propuestas como una medida preventiva, pero podrían desacelerar la economía iraní.
PRESIÓN ECONÓMICA. Un funcionario estadounidense, quien habló bajo condición de anonimato, confirmó que Bush piensa pedir a Putin que apoye las medidas para aumentar la presión económica contra Irán. Las potencias occidentales sospechan que Irán busca conseguir armas nucleares y han solicitado a Teherán que detenga su enriquecimiento de uranio.
Teherán insiste en que su programa nuclear solo busca propósitos pacíficos, como generar electricidad. Irán ha ignorado dos resoluciones previas del Consejo de Seguridad de la ONU que impusieron sanciones contra las actividades de enriquecimiento de uranio.
Analistas de política exterior sostienen que la decisión de Bush de recibir al líder ruso en Kennebunkport subraya la seriedad con que el presidente estadounidense busca mejorar las relaciones con Rusia.
Sin embargo, la retórica cada vez más dura de Putin ha generado preocupaciones en Washington.
En un comentario reciente, Putin pareció comparar la política exterior de Estados Unidos con la del Tercer Reich.
El mandatario ruso también criticó el sistema de defensa contra misiles estadounidense al decir que dirigiría sus armas contra Europa si Bush seguía adelante con su plan de poner partes del escudo en Polonia y la República Checa.
Hablando ante periodistas en Portsmouth, New Hampshire, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov desechó las insinuaciones de que algunas de las diferencias de opinión tenían matices similares a los de la Guerra Fría.
“Hace falta limpieza en la Casa Blanca”
La aspirante demócrata a la presidencia de EEUU Hillary Clinton aseguró que hace falta “una limpieza” en la Casa Blanca debido a que el presidente Bush ha “acogido una cultura de amiguismo, corrupción e incompetencia”. En Miami, Clinton dijo que tras “ocho años de la Administración Bush vamos a horrorizarnos por lo que encontraremos” en caso de ganar las elecciones generales de 2008, dijo.
A su vez, la esposa del ex presidente de EEUU Bill Clinton aseguró irónicamente que el otro día alguien le dijo que el mejor momento para que una mujer sea presidente es el de ahora, “porque vamos a tener que hacer mucha limpieza”.
“Tomen sus cubos y escobas. Vamos a tener que limpiar porque ha habido una cultura de amiguismo, corrupción e incompetencia”, dijo Clinton. La precandidata también indicó que Bush ha despilfarrado el superávit en el presupuesto que dejó su marido.