La medida, que requiere de la previa aprobación de Diputados y Senado, liberaría al Gobierno de la obligación de cumplir con la meta fiscal prevista este año, que propone un déficit de 124.000 millones de reales (unos 24.800 millones de dólares), equivalente al 1,5 % del Producto Interno Bruto (PIB).
En tanto, según aclaró el Ministerio de Economía, el “estado de calamidad pública” no eximirá al Ejecutivo de atenerse a una ley aprobada en 2017, que limita el aumento del gasto público anual a la tasa de inflación del ejercicio anterior, que para el caso fue del 4,31%.
CAMBIOS. La medida, de todos modos, supone un cambio radical en la línea de un Gobierno ultraliberal, que hasta ahora tenía como principal meta reducir a mínimos la presencia del Estado en la economía.
La decisión supone un paso más en la liberación de recursos para el combate a la pandemia, que hasta ahora causó en el país dos muertes, con poco más de 300 casos, pero que, según alertó el Ministerio de Salud, apenas “está comenzando” en Brasil.
Las autoridades sanitarias prevén que el pico de la pandemia en el país será entre junio y agosto próximos, en pleno invierno austral, por lo que alertaron de la necesidad de contar desde ya con recursos financieros para enfrentar la emergencia.
Hasta ahora, el Gobierno de Jair Bolsonaro anunció diversas medidas para intentar anticiparse al previsible agravamiento de la crisis económica del país que traerá el Covid-19. Esta misma semana, el Ministerio de Economía anunció un plan de choque que incluirá una inyección de 147.300 millones de reales (unos 29.100 millones de dólares) en la economía.
Casi el 50% de ese dinero se destinará a la población más pobre, a través del ingreso anticipado de diversas ayudas sociales y de la liberación de ahorros de los trabajadores retenidos en fondos de garantía laboral, entre otras medidas. Asimismo, el Gobierno suspendió por tres meses algunos de impuestos aplicados a las empresas y más recursos para el área de salud, que se suman a 5.000 millones de reales (casi 1.000 millones de dólares) ya liberados de los presupuestos.
CONTRAATAQUE. Mientras se intensifican las críticas ciudadanas y políticas a su gestión por el Covid-19, Jair Bolsonaro, contraatacó ayer y avisó de que también están previstas caceroladas populares en su favor.
Bolsonaro, quien considera que hay “histeria” en torno al coronavirus, participó en una rueda de prensa en Brasilia portando una mascarilla, tal y como los ministros que comparecieron en el mismo acto.
El jefe de Estado de Brasil, rodeado por su plana mayor, salió al paso de las desaprobaciones a su gestión. Tanto antiguos aliados del presidente como movimientos ciudadanos expresaron su descontento. La pasada noche, miles de ciudadanos -en una cuarentena voluntaria- golpearon sartenes y cacerolas desde sus ventanas como símbolo de protesta a la irresponsable actitud del mandatario.
ARGENTINA. Desde el primer caso de Covid-19, el 3 de marzo, Argentina sumó ayer 19 nuevos casos, totalizando 97 contagios confirmados por las autoridades, así como tres fallecidos (uno dado ayer).
Políticos dan positivo
Dos ministros del Gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro dieron positivo al coronavirus: el de Seguridad Nacional, Augusto Heleno, y el de Minas y Energía, Bento Alboquerque, según informaron ayer. En tanto, el presidente del Senado de Brasil, Davi Alcolumbre, también contrajo el coronavirus, según reportaron medios estatales. Aunque no presenta síntomas graves, está aislado en su hogar. El secretario de Comunicación, Fábio Wajngarten, fue uno de los primeros casos positivos de Covid-19, tras un viaje oficial a EEUU. AFP.
9.000
son sospechosos de tener el Covid-19 en Brasil, donde hay 428 diagnósticos positivos y un total de 4 muertos.