En una carrera rica en emociones y cambios, completaron el podio el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y el británico Lando Norris (McLaren), que de esta manera subió por primera vez al “cajón”. Norris, además, sumó el punto por ser el piloto con la vuelta más rápida en carrera.
Fue el primer Gran Premio de la historia que se disputó a puerta cerrada: “Habría sido bonito compartir la victoria con los espectadores”, admitió el vencedor de la prueba, que mantuvo la cabeza fría pese a la preocupación por su caja de cambios y por la salida, al menos en tres ocasiones, del coche de seguridad.
“Claramente había algo de presión durante toda la carrera”, reconoció Bottas, que en muchos momentos no pudo ir a tope por los problemas mecánicos de su Mercedes: “En un momento dado, llegué a estar preocupado”.
Como consecuencia del estricto protocolo sanitario no hubo ceremonia del podio como tal y los pilotos celebraron sus resultados en la pista, sin mandatarios y sin retirar la mascarilla.