En un acto oficial en Palma, capital del estado de Tocantins (norte), el mandatario derechista citó el término pau de arara, una técnica de tortura consistente en poner a una persona colgada de un palo atada de pies y manos, con la intención de mostrar su determinación en el combate a la corrupción.
“¿Puede ser que haya corrupción en mi Gobierno? Sí, puede ser que haya. Puede ser que haya y el Gobierno no lo sepa”, sostuvo Bolsonaro con tono serio. “Si aparece (la corrupción), coloco en el pau de arara al ministro. Si tiene responsabilidad, obviamente. A veces, al final de la línea hay un asesor haciendo tonterías sin que lo sepamos. Es nuestra obligación y deber”, expresó.
El pau de arara, que literalmente significa “palo de guacamayo“, lo usaron las agencias de inteligencia del régimen militar brasileño como método de tortura para interrogar a detenidos y presos políticos.
Actualmente, hay una investigación en curso contra el ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio, acusado formalmente de fraude electoral por la Fiscalía, pese a que Bolsonaro le mantiene en el cargo.
Bolsonaro, que el próximo 1 de enero completará un año en el poder, es un capitán de la reserva del Ejército, líder de la derecha brasileña y defiende la dictadura militar. También niega la existencia del golpe que dio origen a 21 años de gobiernos militares.
POLÉMICO. No es la primera vez que el gobernante realiza comentarios polémicos sobre este cruento episodio de la historia del país. En agosto, llamó “héroe nacional” al fallecido coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, ex jefe en San Pablo del organismo del Ejército señalado de torturar hasta la muerte a varios presos políticos durante la dictadura.
En otra ocasión, cuestionó la verdad oficial sobre la desaparición y muerte de un activista ocurrida en ese periodo.
Asimismo, cambió a la mayoría de los miembros que integran la Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos Políticos (Cemdp) durante la dictadura por políticos afines y militares porque, según dijo, ahora el Gobierno “es de derechas”.
En marzo, el Gobierno de Bolsonaro decidió “conmemorar” el aniversario del golpe que dio origen al régimen.
La dictadura militar dejó 434 muertos y desaparecidos por motivos políticos y miles de casos de tortura, según reveló un informe elaborado por una Comisión de la Verdad que investigó las violaciones de derechos humanos cometidas en ese periodo.
Acusa a la prensa de “mentirosa”
Tras afirmar que podría sufrir un “posible cáncer de piel”, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se retractó y acusó a la prensa de “mentirosa” por divulgar, a partir de sus propias palabras, que sufriría de la enfermedad.
“Esta prensa no se cansa de mentir”, sostuvo Bolsonaro en sus redes sociales. “Fue una fake news (noticia falsa) de que yo estaría con cáncer. Es mentira tras mentira” por parte de la prensa, agregó.
Justificó así el hecho de no hablar con los periodistas en su residencia en Brasilia. “No voy a contestar (a la prensa) nada porque dijeron que estoy con cáncer. Me voy a casa”, recordó Bolsonaro. El presidente anunció que se sometió a unos análisis médicos a fin de investigar “un posible cáncer de piel”. EFE