“No queremos negociar nada”, gritó el presidente subido encima de una camioneta a los manifestantes que se agolparon en el lugar con pancartas llamando a la “intervención militar ya con Bolsonaro” y a defender el AI-5 (Acta Institucional número 5), que en 1968 cerró el Congreso y suprimió numerosas garantías constitucionales.
ARENGA. ”Estoy aquí porque creo en ustedes y ustedes están aquí porque creen en Brasil”, gritó Bolsonaro frente a la aglomeración de la cual se mantuvo unos metros distante.
Bolsonaro critica constantemente a los líderes del Congreso, a los gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena y distanciamiento social para contener la propagación del coronavirus que en Brasil ya cobró 2.462 muertes y casi 38.654 casos.
El mandatario demerita la letalidad del virus, al que califica de “gripecita”, promueve aglomeraciones y se pronuncia reiteradamente a favor de la apertura del comercio y las escuelas.
“Ustedes tienen la obligación de luchar por su país. Cuenten con su presidente para hacer todo lo que sea necesario para que podamos mantener la democracia y garantizar aquello que es más sagrado para nosotros que es nuestra libertad”, dijo Bolsonaro.
En el breve discurso, el presidente no cuestionó el pedido de intervención militar ni las consignas a favor del cierre del Congreso.
“Juramos un día dar la vida por la patria y vamos a hacer lo que sea posible para mudar el destino de Brasil”, dijo Bolsonaro, interrumpiendo su discurso por una crisis de tos.
MÁS PROTESTAS. Con motivo de las celebraciones del Día del Ejército, simpatizantes de Bolsonaro convocaron para el domingo varias manifestaciones.
En São Paulo, por lo menos dos caravanas movilizaron partidarios de Bolsonaro desde el Parque de Ibirapuera y algunos barrios de clase alta hasta la céntrica Avenida Paulista, donde cientos de manifestantes protestaron contra el gobernador, João Doria, un antiguo aliado del mandatario. Además de esas dos caravanas en la mayor ciudad brasileña y de la de Brasilia, algunas ciudades del interior del estado de São Paulo y otras capitales regionales como Río de Janeiro, Salvador, Recife, Natal y Porto Alegre también tuvieron movilizaciones a favor del Gobierno federal y contra las autoridades locales.
Critican sus acciones
El gesto del mandatario Jair Bolsonaro fue condenado por políticos y portavoces de los poderes públicos brasileños. “Asusta ver manifestaciones por el regreso del régimen militar”, dijo Luis Roberto Barrozo, juez del Supremo Tribunal Federal. “Es lamentable que el presidente adhiera a manifestaciones antidemocráticas”, dijo en Twitter el ex presidente Fernando Henrique Cardoso. (1995-2002). Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores, criticó la convocatoria. “Receta perfecta para la tragedia”, sentenció.