La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que el lunes detuvo las pruebas, y el Instituto Butantan de São Paulo, que coordina los test de la llamada Coronavac en Brasil, chocaron este martes sobre las formas y razones de una decisión que el jefe de Estado no ha dudado en capitalizar políticamente.
“Una más que Jair Bolsonaro gana”, escribió en sus redes sociales Bolsonaro, quien semanas atrás desautorizó al ministro de Salud, Eduardo Pazuello, al vetar la compra de dosis del inmunizante chino por parte de su Gobierno.
Las pruebas de la Coronavac fueron suspendidas por Anvisa, un órgano autónomo, aunque vinculado al Ministerio de Salud, después de registrarse un “evento adverso grave no esperado”, que, según el atestado policial al que tuvo acceso la prensa local, sería la muerte por suicidio de un voluntario de 32 años por causas aún bajo investigación.
CONFLICTO CON DORIA. Este revuelo en torno a la vacuna china inflama el conflicto político entre Bolsonaro y el gobernador de São Paulo, João Doria, principal adversario del presidente dentro del espectro conservador y posible candidato presidencial de cara a las elecciones del 2022.
Ambos han mantenido un duro enfrentamiento durante la pandemia, con graves descalificativos y opiniones radicalmente opuestas en temas como la adopción de medidas de distanciamiento social o la obligatoriedad de la aplicación de la futura vacuna.
“Lo que el ciudadano brasileño no necesita hoy es una Anvisa contaminada por una guerra política. ¿Existe guerra política? Claro que existe, pero tiene que quedarse fuera de estos muros”, reconoció el director-presidente de Anvisa, Antonio Barra, en una rueda de prensa.
Brasil es uno de los países más afectados por el Covid-19 junto con EEUU y la India, y hasta el lunes acumulaba 162.628 óbitos relacionados con la enfermedad y cerca de 5,7 millones de infectados.
Barra afirmó el martes que la decisión de suspender los experimentos de la vacuna de Sinovac fue puramente “técnica” y está recogida dentro de los protocolos internacionales. El gobierno de Bolsonaro apuesta por el antídoto de Oxford y AstraZeneca, instituciones con las que firmó un acuerdo para la compra de 100 millones de dosis y el traspaso de la tecnología para fabricar el inmunizante en el país, mientras que la Administración de São Paulo optó por aliarse con Sinovac.
250 proyectos
Los proyectos que se han activado en todo el mundo en busca de una vacuna eficaz y segura contra el Covid-19 suman ya 250; los ensayos que han avanzado hasta la fase III -última antes de su comercialización- son ya veinte; y las que se han posicionado como firmes “candidatas” a convertirse en vacunas son diez. Los últimos resultados llegaron del consorcio Pfizer-Biontech, que informó que los últimos estudios de su vacuna han demostrado una eficacia superior al 90%.