05 ago. 2025

Boda indígena colectiva, con Evo como padrino

AFP

LA PAZ, BOLIVIA

“Desconocemos esa religión católica”, dice el aymara David Choquetarqui, uno de los contrayentes de un matrimonio colectivo de 355 parejas indígenas que se realizó para recuperar ritos ancestrales, ayer en La Paz, con el presidente Evo Morales como padrino.

“Ha sido una rememoración, una recuperación de la raíz de nuestros pueblos”, dice David, de 32 años, tras participar de la ceremonia en un coliseo deportivo donde oficializó frente a chamanes su unión con Dora sin tener que decir el “sí acepto”.

Dora y David tienen dos hijos, de 2 y 3 años, conviven desde hace 4 y un día antes celebraron su matrimonio civil ante un escribano contratado por el Gobierno de Morales para legalizar sus nupcias.

David responde con un “desconocemos esa religión”, cuando se le consultó si antes recurrió al rito católico del matrimonio y por qué ahora recurre el sistema de casamiento ancestral.

El coliseo deportivo, en el corazón de La Paz, se ha convertido para la ocasión en una suerte de santuario, desde las puertas de ingreso hasta el centro de la cancha.

355 PAREJAS. En el centro del complejo, con un aforo de 7.500 personas y adornado principalmente con las “wi- phalas” la ajedrezada y multicolor bandera andina, formaron un círculo los 355 cón- yuges, principalmente aymaras y quechuas, pero incluso unos mapuches chilenos y un cubano que se unió a una mujer aymara.

Las mujeres portaban claveles blancos y los hombres los llevaban rojos, todos vestidos con ropas típicas: ellas además con sombreros tipo bombín y ellos con modelos borsalinos y ponchos, las coloridas mantas de lana de alpaca fabricadas a mano.

Desde las graderías presenciaban la ceremonia miles de familiares, padrinos y otros invitados.

También se armaron piras para quemar plantas e inciensos aromáticos que invaden el lugar, mientras yatiris (chamanes) hicieron sonar decenas de ‘pututus’, el cuerno de vaca convertido en instrumento de viento.

Las parejas fueron casadas por chamanes que en idioma aymara o quechua bendijeron a las parejas, les desearon prosperidad y les demandaron trabajar en el respeto del uno por el otro.

La ceremonia estuvo marcada también de críticas a la colonización española y a la evangelización de la religión judeo-cristiana que llegó de la mano de la conquista, hace más de 500 años.

Una escuela pública de teatro escenificó en el centro del coliseo deportivo una escena de la conquista española, las masacres de indígenas, la evangelización y los levantamientos aborígenes que recuerdan la promesa del indio rebelde Tupac Katari, quien dijo antes de ser descuartizado en 1781 por los españoles, que él volverá “siendo millones” de personas.