Los bombardeos contra edificios supuestamente utilizados por las milicias proiraníes, según el Pentágono, fueron “proporcionados” y tuvieron carácter “defensivo”, tras los ataques con cohetes de los últimos días contra bases y objetivos estadounidenses en Irak.
En el ataque estadounidense, llevado a cabo en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, murieron al menos 22 combatientes de las milicias proiraníes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que tiene una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
“Estos bombardeos fueron autorizados (por Biden) en respuesta a los recientes ataques contra el personal de Estados Unidos y la coalición en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal”, aseguró a los periodistas el portavoz del Pentágono, John Kirby. En los bombardeos, llevados a cabo por dos F-15E Strike Eagle que arrojaron siete cohetes guiados de precisión, nueve instalaciones fueron “totalmente destruidas” y dos de manera “parcial”.
Kirby, que no mencionó número de bajas, agregó que las instalaciones blanco del bombardeo estaban en el punto de control de entrada de la ciudad siria de Abu Kamal, próxima a la frontera con Irak. EFE