La propuesta fue recibida con gran expectativa por las humildes familias dedicadas a este tradicional rubro en la zona y aseguran que, de ejecutarse conforme a lo anunciado, significará el fortalecimiento y crecimiento sin precedente del sacrificado rubro. Desde el sector aseguran que es la primera vez que el Gobierno está proponiendo un plan de mejorar de la calidad productiva de las olerías, manejo del costo-beneficio de la producción y formalización del rubro, lograr mayor competitividad y obtener mayores márgenes de ganancia para las familias.
Al respecto, Fabio Silva, presidente de la Asociación de Oleros y Ceramistas de Coronel Bogado, señaló que los oleros están muy entusiasmados con este proyecto, ya que es la primera vez que se designa a un profesional capacitado como el ingeniero Víctor Acevedo, conocedor de la problemática del rubro, quien ya visitó a los trabajadores oleros a fin de socializar la propuesta. El mismo es un reconocido ceramista y fue nombrado jefe del área de reasentamiento de olerías y cerámica de la Entidad Binacional Yacyretá.
El plan impulsado por la EBY busca abarcar íntegramente todos los aspectos que conllevan estas unidades productivas, principal fuente de trabajo y medio de vida de numerosas familias. El desarrollo de este proyecto de recuperación y formalización del trabajo en olerías arranca con un relevamiento de datos actualizados, identificar cada una de las unidades productivas (olerías) con sus respectivas capacidades de producción, cuantificar la cantidad de familias que trabajan en las mismas y el impacto económico que conlleva en la comunidad.
Una de las zapatas fundamentales de este ambicioso plan es transformar las precarias condiciones en que se desarrollan el trabajo y la formalización de las unidades productivas, que permitirá al trabajador del rubro olero-ceramista acceder a beneficios como seguro médico, empleo, créditos y otros.
En total esta asociación de oleros y ceramistas nuclea a 40 familias, pero existen más oleros que no están asociados y el proyecto abarca a los trabajadores de Carmen del Paraná y San Cosme, con lo cual serían unas 100 familias las que operan en este rubro.