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Ciudad del Vaticano
El papa Benedicto XVI festejó ayer sus 80 años almorzando con cardenales y asistiendo a un concierto, una celebración discreta en línea con el ritmo tranquilo de lo que él ha manifestado podría ser un papado ''corto’’.
Benedicto pasó la mañana reunido con admiradores de su Alemania natal, entre ellos los gobernadores de Baviera y de Schleswig-Holstein, y con un representante del patriarca ecuménico Bartolomé I, el líder espiritual de los cristianos ortodoxos.
Entre los regalos que recibió había 80 botellas de una cerveza de Baviera, de la Arquidiócesis de Munich; una torta de cumpleaños de algunos seminaristas de Roma, y un oso de peluche gigante, que el Pontífice donó a un hospital de niños local.
''El Papa dijo explícitamente que prefería no aceptar regalos personales, pero que cualquiera que quisiera regalarle algo podía hacer una donación que él luego usaría, por ejemplo para la Tierra Santa o para otras áreas en crisis en el mundo, o para África’’, declaró a Radio Vaticano el secretario del Pontífice, monseñor Georg Ganswein.
La única celebración pública de su cumpleaños fue el domingo, cuando ofreció una misa en las escalinatas de la Basílica de San Pedro y se refirió al ''período no breve de mi existencia’’ en su homilía.
La oficina de correo del Vaticano, sin embargo, no dejó que el cumpleaños pasara inadvertido y emitió una postal especial y una estampilla.
Pero el don más sonado fue el concierto en honor de Benedicto XVI de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart (SWR), bajo la dirección del venezolano Gustavo Dudamel, que organizó el Vaticano en el Aula Nervi.
El Papa, gran amante de la música –se sabe toca a menudo el piano–, asistió al concierto en el que se interpretaron piezas del compositor italiano Giovanni Gabrieli, el concierto para violín número 3 de Wolfgang Amadeus Mozart y la sinfonía número 9 del Nuevo Mundo de Antonin Dvorak.
A la música, precisamente, estuvo dedicado el mensaje que el Papa leyó tras el concierto.
“Estoy convencido que la música, y aquí pienso en el gran Mozart y naturalmente en otros compositores, es el lenguaje universal de la belleza, capaz de unir entre ellos a los hombres de buena voluntad”, dijo el Papa.
Benedicto XVI agradeció la posibilidad de haber tenido durante su vida a la música “como compañera de viaje” y recordó que su familia “le acercó durante su infancia a esta fuente de inspiración y serenidad”.
“Que la grandeza de la música os pueda donar una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz”, añadió.
Saludable y fuerte
El Vaticano, por lo general, no difunde información sobre la salud del Papa, citando su privacidad. Con la excepción de algún resfrío, el Papa parece saludable y fuerte y en los dos años que lleva de pontificado nunca ha dejado de participar en un acontecimiento planeado por razones de salud. Sin embargo, ahora ya tiene cinco años más que la edad obligatoria de los obispos para jubilarse y eso ha generado dudas sobre el futuro de su papado.
El mismo Benedicto ha expresado que ser papa es algo ''muy agotador’’ y, en una entrevista con la televisión alemana en agosto pasado, manifestó que no se sentía lo suficientemente fuerte para realizar muchos viajes largos.
Por ahora, Benedicto ha mantenido su ritmo de actividades, limitando sus viajes y reduciendo sus presentaciones ceremoniales y burocráticas.