27 dic. 2025

Beatifican a 4 martirizados por la dictadura argentina

Enviado. Cardenal Ángelo Becciu (c) fue enviado por el Papa para presidir la ceremonia.

Enviado. Cardenal Ángelo Becciu (c) fue enviado por el Papa para presidir la ceremonia.

Miles de argentinos siguieron la ceremonia de beatificación este sábado de los primeros cuatro mártires asesinados por la última dictadura cívico-militar (1976-1983) y colmaron la norteña capital de La Rioja, donde realizaron una vigilia con música y ceremonias religiosas.

El ex obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Gabriel Longeville y Carlos de Dios Murías y el laico Wenceslao Pedernera son los cuatro eclesiásticos protagonistas este sábado de una ceremonia de beatificación liderada por el cardenal enviado desde el Vaticano Ángelo Becciu, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

Desde el viernes, la ciudad de La Rioja comenzó a recibir religiosos y creyentes de todo el país.

El obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera, asesinados en 1976 por la dictadura argentina, son modelo de “compromiso” con el Evangelio “cuando todos callan”, afirma el sacerdote Pablo Pastrone.

“Cuando la Iglesia beatifica o canoniza, reconoce la santidad del testigo como un ejemplo que sirve a todos. En el caso de los mártires riojanos, son modelos de compromiso vital con el Evangelio de Jesús y de coraje o parresia –en lenguaje bíblico– para animarse a hablar cuando todos callan“, señaló.

Pastrone, autor del libro Los mártires de La Rioja, destacó que los cuatro beatos fueron parte de una Iglesia que en la norteña provincia argentina de La Rioja era “perseguida por proclamar y por vivir el Evangelio”.

“En febrero de 1976, un mes antes del golpe de Estado y seis antes de los martirios, fuerzas militares habían detenido en esa provincia a laicos y sacerdotes por el simple hecho de pertenecer a la Iglesia“, afirmó.

El 18 de julio de 1976 fueron secuestrados y asesinados en la provincia de La Rioja el sacerdote diocesano francés Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, fraile franciscano conventual de la central provincia de Córdoba. Pocos días después, el 25 de julio, también en La Rioja, fue acribillado frente a su esposa y sus hijas Wenceslao Pedernera, un laico que trabajaba con los campesinos más pobres. EFE