09 oct. 2025

Bañistas aplacan el calor y la resaca en aguas tóxicas

La visible espuma verde de las algas tóxicas (cianobacterias) en el lago Ypacaraí no fue motivo de impedimento para que una importante cantidad de veraneantes se sumerja en las aguas de la Playa Municipal de San Bernardino, en la calurosa tarde de Navidad.

En tanto que en Areguá, donde el caudal es más turbio por la ubicación, los visitantes prefirieron tomar precaución y se limitaron solo a disfrutar del paisaje, que más allá de la polución, no deja de ser imponente la vista de verde serranía y largo espejo de agua a su alrededor.

Pero volviendo al caso de San Bernardino, allí, incluso varios padres fueron los que tomaron la iniciativa del chapuzón y detrás, sin pestañear, los chicos.

Con la inocente indiferencia, entre risas y travesuras, los niños jugabancon la arena de la costa, a la que rodean desechos sólidos y la espuma por las cianobacterias. Sus tutores, mientras tanto, se mostraban aún más ajenos a las recomendaciones sanitarias de evitar el uso recreativo del caudal, que no es apto para el baño, y menos para el consumo; hecho que puede ocurrir accidentalmente durante el zambullido.

El director nacional de la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí y su Cuenca (Conalaypa), Renato Maas, manifestó días atrás que ya realizaron reiteradas denuncias a instituciones como el Ministerio del Ambiente, Ministerio Público, Essap y Comuna de San Bernardino, sobre las descargas directas de efluentes cloacales del sistema de alcantarillado sanitario, pero no existe avance.

Las cloacas, explicó, son el principal problema de las floraciones de cianobacterias, y descargas directas como las que vienen sucediendo y “pueden generar resultados catastróficos como en los años 2012 y 2013”.

Costanera. Las aguas de la Bahía de Asunción, por donde fluye basura sólida y hasta desecho cloacal, fueron aprovechadas cual paradisíaca playa del Caribe.

Jamás importó el nivel de contaminación, eran más fuertes las ganas de celebrar y sobre todo olvidar el calor por un rato, en una ciudad sin muchas opciones de esparcimiento accesible, libre de insalubridad, y la falta de salarios dignos a nivel nacional, que puedan alcanzar para acceder a otros espacios de recreación.

Familias enteras ingresaron al contaminado río Paraguay. Una señora fue precavida y disfrutó en medio del agua, pero mojando solo los pies, gracias a que llevó la correspondiente silla de plástico. Otros en cambio sumergieron hasta botellas de cerveza para disfrutar a pleno el agua de la Costanera.

En tierra firme, cientos de personas también fueron a pasar una tarde distendida y cargar energías para hoy lunes, día de jornada laboral nuevamente para muchos.