De esta manera, se espera que la emergencia sanitaria siga vertiendo sus efectos en el consumo, ya que la caída de precios observada en los últimos meses se relacionó con la menor demanda interna de alimentos y bebidas. Por su parte, la carne se abarató como consecuencia de la mayor oferta doméstica generada por la menor demanda de exportaciones y los combustibles acompañan el desplome de los precios del petróleo, según explicó el banco de origen brasileño en su reporte mensual.
El análisis descarta que en el 2021 se logre ya alcanzar la meta de inflación, pues pronostica una variación de precios de 3,5% para el próximo ejercicio anual; esta cifra, al menos, estará ya dentro del rango de 2% a 6% en que el BCP permite fluctuar al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por otro lado, Itaú considera que la merma de la actividad económica se acentuará al cierre del segundo trimestre del presente año, para que el producto interno bruto (PIB) termine el 2020 con una contracción de 2,6%, pero se recupere en 5,1% el año que viene.
“Los consumos con tarjeta de crédito y débito se habrían desplomado en abril (-50% y -20% anual, respectivamente en términos reales) y una dinámica similar habrían mostrado en mayo. De acuerdo al informe de movilidad publicado por Google, el desplazamiento de las personas fue menor en abril.
La Cifra
1,5
por ciento es el índice de inflación con que el banco Itaú espera que cierre la economía paraguaya el año 2020.