14 may. 2025

Ausencia de los padres vuelven estériles las capacitaciones sobre ciberseguridad

Eduardo Escobar Said, director de Protección del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna), echa por tierra que los challenges o “desafíos virales” sean el origen de los hechos que ponen en riesgo a los niños, niñas y adolescentes a todo tipo de situaciones que vulneren sus derechos. Tal como el que aconteció recientemente en un colegio privado de Lambaré, donde en menos de un mes saltaron dos casos de supuesto abuso sexual a dos niños, uno de seis y otro de siete años, respectivamente.

“Estos challenges son otra vez una variante, pero todo el contenido lo tienen los niños, niñas y adolescentes a través de internet. El problema no está en las redes sociales, el problema está en el control que ejercemos nosotros, papá y mamá, con respecto a nuestros hijos”, afirma.

Desde el Minna –dice– trabajan desde hace ya un tiempo en las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) con la campaña “Conectate seguro”.

“Pero sirven de muy poco estas capacitaciones si los padres dejan los celulares como niñeras de sus hijos”, sostiene el funcionario.

Indica que así como internet puede servir para propósitos nobles, también conlleva riesgos. Por eso, entregan –dice– varios tips con respecto al manejo de internet tanto para padres como para los hijos.

“Los padres tienen que ser los más interesados en saber qué es lo que están consumiendo nuestros hijos en las redes sociales o en los videojuegos. No es el problema del juego, ni de los challenges que haya en las redes, el problema está en el control que nosotros hacemos como padres”, insiste al cuestionar que los niños accedan desde temprana edad a los dispositivos móviles.

Escobar señala que uno de los delitos que más se denuncian en Paraguay es el incumplimiento del deber alimentario. “Hay padres que no se hacen cargo y, en caso de que estén presentes, tampoco les hacen caso a sus hijos. Con la excusa de que llegan cansados no comparten, no hablan con su hijo, no se da un tiempo con él, no tienen actividades comunes, no le pregunta qué siente, qué sueña, qué planea, qué hizo hoy, que hará mañana, quién es su mejor amigo, etc.”, enumera y enfatiza que son gestos que ayudan a que el lazo de confianza entre padre e hijo sea fortalecido.

“También dentro de esa dinámica se puede intervenir sobre el uso del celular y los juegos electrónicos. Los videojuegos tienen, como las películas, una limitación en la edad. Pero vemos que los padres le compran Call of Duty, que son sumamente violentos”, remata.


Sirven de muy poco estas capacitaciones si los padres dejan los celulares como niñeras de sus hijos.
Eduardo Escobar Said,
directivo del Minna.