Miles de bomberos luchaban por quinto día consecutivo para contener los incendios en California, que dejan al menos 31 muertos y gran devastación, mientras se pronostican fuertes vientos en la región.
El incendio, que desde el jueves arrasa al norte de California, igualó al más mortal registrado en la historia de EEUU. Unos 4.500 bomberos de lugares lejanos como del estado de Washington y Texas han estado trabajando para ponerle freno al avance de las llamas mientras equipos de búsqueda respaldados por antropólogos y un laboratorio de ADN intentan identificar restos, a veces reducidos a no más de fragmentos de hueso.
Los automóviles que quedaron atrapados en las llamas fueron reducidos a esqueletos de metal, mientras que las pilas de escombros arden en el lugar donde antes había residencias, de las que ocasionalmente queda una pared de ladrillo o una chimenea.
El incendio “Camp Fire”, que arrasa una vasta región en el condado de Butte, al norte de Sacramento, capital del estado, es el incendio más grande y destructivo de varios focos activos en el estado, que han provocado la evacuación de más de 250.000 personas, y la destrucción de 6.400 viviendas en la ciudad de Paradise.
“Hoy fueron recuperados los restos de seis personas, lo que lleva el total a 29 muertos”, informó el sheriff local Kory Honea y precisó que estas víctimas se encontraron en Paradise y alrededores.
Las autoridades y servicios de emergencias elevaron a 228 la cifra de desaparecidos en la zona afectada por el gigantesco incendio que quema desde el jueves California. Las labores de búsqueda continuaron, con mejores condiciones según los pronósticos meteorológicos, ya que se espera que los vientos amainen. Según información del Departamento de Bomberos de Butte, el incendio bautizado como “Camp Fire”, además de cobrarse la vida de por lo menos 29 personas y dejar heridos a 3 bomberos, arrasó ya cerca de 45.000 hectáreas, 6.450 viviendas y 260 comercios.