El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió del riesgo de que Líbano se convierta en “otra Gaza”, en referencia a la guerra entre Israel y Hamás en el territorio palestino.
En tanto, la Unión Europea, “muy preocupada”, exhortó a un alto el fuego “urgente”, y EEUU dijo que hará todo lo posible para evitar el que conflicto se expanda. Egipto afirmó temer una “guerra total” en Oriente Medio y alertó que la escalada podría truncar los esfuerzos para lograr un alto el fuego en Gaza.
Tras casi un año de guerra, el frente se desplazó esta semana al norte de Israel, donde el Gobierno prometió restablecer la calma para permitir el regreso de los miles de habitantes desplazados por los disparos de Hezbolá desde el sur del vecino Líbano.
El movimiento proiraní Hezbolá, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente contra Israel en “apoyo” a Hamás desde el inicio de la guerra en Gaza.
“En los últimos días, hemos asestado una serie de golpes a Hezbolá que nunca habría imaginado”, dijo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en sus primeras declaraciones sobre este asunto desde la ola de explosiones contra aparatos de comunicación del movimiento islamista y un bombardeo israelí contra su unidad de élite. Por su parte, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, anunció “una nueva fase” en la batalla contra Israel, la del ajuste de “cuentas pendientes”.
Cientos de miles de personas se refugiaron el domingo de los cohetes lanzados desde Líbano por Hezbolá contra el norte de Israel.
Los proyectiles alcanzaron los suburbios de Haifa.