Desde hace varios días, la instancia olímpica, con sede en Lausana, intenta justificar su posición de aguardar acontecimientos, mientras que el balance de fallecidos por coronavirus se multiplica, con las medidas de confinamiento de la población tomándose en muchos países, afectando a 900 millones de personas.
“No vivimos en una burbuja o en otro planeta. Claro que examinamos otros escenarios, pero no sería responsable hoy y sería prematuro partir de especulaciones y tomar una decisión”, explicó el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, en una entrevista con el New York Times, cuando le preguntaron por aplazar la cita.
Desde Estados Unidos la respuesta no ha tardado en aparecer, desafiando la posición oficial de apoyo al COI del Comité Olímpico Estadounidense (Usopc). En primer lugar alzó la voz la Federación de Natación, USA Swimming y exigió el aplazamiento porque sus nadadores no pueden entrenar normalmente. Este argumento lo ha esgrimido un gran número de deportistas de alto nivel en el mundo, como la campeona olímpica de salto la griega Katerina Stefanidi.
Ayer se sumaron al pedido de postergación el presidente de la Federación Estadounidense de Atletismo, desde Francia y Noruega.