Sergio Cáceres Mercado
caceres.sergio@gmail.com
Un asesino que de repente empieza a matar sin más motivos, y así como no sabemos de dónde viene, tampoco sabemos cómo termina.
Estamos ante Sangriento San Valentín, una película ambigua en ese sentido, o que no necesita preocuparse mucho por esos detalles, porque lo que importa es presentar los asesinatos de la manera más sanguinaria y explícita posible.
Además de los efectos tridimensionales, que por momentos ayudan más al susto del espectador, podemos sumarle la gran violencia física que se despliega en los descuartizamientos.
Ya se podrán imaginar cómo será matar con un pico de minero, que es el arma del asesino enmascarado a lo Jason. No solo es fuerte el momento en que lo hunde en el cráneo de la víctima, si no más aún el esfuerzo que hace por sacarlo.
Los efectos ayudan mucho, y es quizá de lo mejor que tiene el filme. Técnicamente bien, pero actoralmente no seamos exigentes porque para estas películas de adolescentes solo hace falta tener linda facha y gritar cuando le toque el turno a uno. Este es el atractivo de películas como Sangriento... y si uno tiene estómago y corazón no la pasará mal porque le darán lo que uno espera.
Público para el terror slasher lo hay masivamente. Lo triste es la trama, ni siquiera algo de sofisticación en el asesino. Simplemente aparece y mata.
Por supuesto, se ha hecho el esfuerzo de rodearlo con una historia de amor y celos, algo de suspenso y nada más. La verdad es que no ayuda demasiado a que la historia no sea tan plana, tan directa. Pan y circo. Ni siquiera el final sorpresa es tal, porque en realidad es una trampa total donde se burla de todas las hipótesis que el espectador va haciendo buscando al asesino, creyendo que la película es honesta e inteligente.
Solo un ejemplo de la trampa: El enmascarado sanguinario es fornido e imbatible, pero cuando se descubre su identidad nada tiene que ver físicamente con aquel destrozador de cuerpos inmune a las balas de los policías.
La ambientación del pueblo chiquito estadounidense es también un tópico en este tipo de realizaciones. Los pobladores que se conocen entre todos y que poco a poco van siendo eliminados, etcétera. La sensación de claustrofobia que produce el interior de las minas es un punto más a favor de las locaciones.
No vimos el original de 1981, así que no podemos compararla con esta que es su remake. Por la novedad de verla en 3D, vaya y pase. Pero luego nada. Y lo más triste aún es que el final apunta a que habrá una segunda parte. Póngase los lentes y relaje el neocortex.
FICHA TÉCNICA
Sangriento San Valentín
My bloody Valentine 3D
EEUU, 2009
Calificación: ** (Regular)
Dirección: Patrick Lussier.
Interpretación: Jensen Ackles, Jaime King, Kerr Smith, Kevin Tighe, Edi Gathegi, Tom Atkins, Betsy Rue, Megan Boone.
Guión: Todd Farmer y Zane Smith; basado en un guión de John Beaird; sobre un argumento de Stephen Miller.
Música: Michael Wand-macher.
Fotografía: Brian Pearson.
Duración: 101 minutos.
Sangriento San Valentín