El Tribunal Supremo abrió este martes el histórico juicio contra 12 dirigentes independentistas catalanes, implicados en el fracasado intento de secesión de octubre de 2017, justo cuando la cuestión catalana tiene la política española patas arriba y amenaza con precipitar unas elecciones anticipadas.
Los acusados aparecieron sentados en cuatro banquetas ante los siete jueces, en una primera sesión en la que sus abogados presentaron el juicio como un proceso políticamente sesgado.
“La causa atenta contra la disidencia política”, afirmó Andreu Van den Eynde, abogado del ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, para el cual la Fiscalía pide 25 años de cárcel. El proceso, retransmitido en directo por televisión, podría durar unos tres meses, y en él declararán cientos de testigos.
El gran ausente es el principal protagonista del intento de secesión, el ex presidente catalán Carles Puigdemont, huido en Bélgica.
“Vamos a poder desenmascarar la construcción artificial de una causa política”, que va a ser “también un test de estrés para la democracia española”, aseveró el ex mandatario catalán desde Berlín.
Aparte de Junqueras, para los otros once acusados el Ministerio Público solicita entre 7 y 17 años de cárcel.
Entre ellos se encuentran la ex presidenta del parlamento catalán Carme Forcadell, varios ex ministros regionales y los responsables en el momento de los hechos de las asociaciones independentistas ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, respectivamente. AFP