La disposición incluye a las plantas de procesamiento de carnes y derivados como embutidos, hamburguesas, menudencia, chacinería, rendering y otros, informó el Servicio Nacional de Salud y Calidad Animal (Senacsa).
Además de las medidas de higiene que debe implementar la empresa, se debe conformar un comité de respuesta que verifique la aplicación del protocolo y haga el debido seguimiento a los casos sospechosos y confirmados, así como la verificación de la desinfección de sus áreas de trabajo.
CONTROL. Los frigoríficos deberán conformar un comité de respuesta que cuente con un coordinador. Cada miembro cumplirá un rol en el equipo, el cual se encargará entre otros aspectos de hacer el seguimiento de la salud de los trabajadores y documentar los eventos en un acta, también verificará la adecuación de infraestructura así como las actividades de limpieza y desinfección.
En caso de detectarse un caso positivo, el personal deberá guardar reposo y reportar su evolución, mientras que en la planta se determinará el aislamiento preventivo para los colaboradores que tuvieron un contacto estrecho con el trabajador.
Para la detección de los casos que podrían estar vinculados con los confirmados, se tiene en cuenta la proximidad lineal, aplicada por ejemplo en la playa de faena y desposte; la triangular, que corresponde al sector de menudencia y tripería, mientras que en el depósito de productos terminados se opera en pareja.
INTERRUPCIONES. Debido a la baja demanda de la carne, las plantas estuvieron trabajando al 50% de su capacidad, mientras que en algunos casos la faena de abril fue nula, como ocurrió en los frigoríficos Mussa y Frigomerc, pertenecientes a Athena Foods.
Se estima que los frigoríficos emplean directamente a 10.000 personas e indirectamente a aproximadamente 50.000 personas.