Un trayecto de cinco kilómetros es el que recorre la imagen de la Virgen de los Dolores desde su salida de la capilla, un lugar preparado con una enredadera verde, donde al abrirse las cortinas en el lugar denominado paso Mborevi, empieza su recorrido por la calle Tupãsy Rape, calle Amorcito y luego avanzar por caminos de tierra de Tañarandy, pasa enfrente de la barraca y llega finalmente al templo parroquial para encontrarse con su hijo crucificado.
ENCUENTRO SIGNIFICATIVO. Este encuentro entre la Dolorosa de la Tierra de los Irreductibles y el Cristo crucificado de la época de las reducciones se da por primera vez en 30 años, destacó el artista Koki Ruiz.
“El encuentro de este año es muy significativo porque por primera vez en treinta años la Virgen de los Dolores de la Tierra de los Irreductibles Tañarandy se va a encontrar con su hijo crucificado, pero la imagen es la de la época de las reducciones jesuíticas; esto mediante la buena predisposición del sacerdote, lo cual valoro mucho”, manifestó.
TRAS LA PANDEMIA. Destacó que este año la gente le transmite mucha energía, ya que luego de dos años de pausa en el evento, la población se encuentra empoderada por la actividad y se ofrece a ayudar.
“Estamos muy contentos porque la comunidad está empoderada. Nosotros nos encargamos de la salida y preparamos 10.000 candiles y 400 antorchas; desde la Municipalidad prepararon 500 antorchas y 20.000 candiles, que fueron colocados en la ciudad para la llegada al templo parroquial”, agregó.
Más de 20.000 personas asistieron al encuentro, los lugareños y turistas llenos de fe, luego de tanto esperar el momento de volver a disfrutar este encuentro demostraron su alegría tomándose fotos, prendiendo candiles, antorchas y cantando con los estacioneros.