Por encima del paisaje gris y naranja que forman las casillas y las carpas de los puestos instalados en el Mercado 4, en Arturo Battilana casi Pettirossi los matices verdes de las ramas de un yvapovõ añejo se imponen en la zona.
Erguido en medio de un viejo inquilinato, este árbol nativo, cuyas raíces desmoronan el cantero que las resguarda, se mantiene vivo desde hace más de un siglo. O, al menos, esa es la edad que los vendedores más longevos del populoso mercado estiman que tiene el tallo leñoso.
Pero la antigüedad del yvapovõ ya no es apreciada a simple vista, debido a las podas que se realizaron en algunas de sus ramas principales, que le restaron la robustez de antaño.
Doña Aparicia Ramírez (64) trabaja en el Mercado 4 hace 50 años vendiendo pohã ñana y recuerda que cuando era niña transitaba con su padre sobre la calle San Lorenzo, hoy llamada Pettirossi. Dijo que la tierra roja del tape, la poca población y el yvapovõ eran las piezas que componían el paisaje urbano de aquella época.
Otros comerciantes comentan incluso que el árbol tiene más de 200 años y que las raíces del mismo fueron encontradas cruzando la avenida Pettirossi al momento de cavar para realizar una construcción.
PRESERVACIÓN. Germán González, ingeniero forestal, explicó que un árbol nativo como el yvapovõ o el tajy se caracteriza por su crecimiento lento. Dijo que en 50 años el diámetro del tronco crece entre 30 y 40 centímetros, y que por las características el viejo residente de Asunción podría hacer gala de su longevidad.
“En 50 años un árbol aún no crece mucho, cuanto más viejo, el tamaño es más grande. Haciendo una comparación, algunos viven incluso 1.000 años”, indicó.
González lamentó que en muchos casos se tengan que podar los árboles, sobre todo con estas características, debido a que el “mal corte” de una rama produce un efecto negativo para su crecimiento y desarrollo, ya que la parte abierta tras la poda puede pudrirse y carcomer a la planta.
Afirmó que el estado de conservación del yvapovõ no es crítico y que árboles añejos como el del mercado hay varios en el centro.
LAS MODIFICACIONES O DERRIBOS DEBEN SER AUTORIZADOS
El ingeniero forestal Germán González explicó que, si bien la tala de un árbol nativo no es bien visto, la Ordenanza 60/98, que establece las acciones a ser desarrolladas para la protección de la cobertura arbórea de la ciudad de Asunción, expresa los motivos de derribo de un ejemplar o cuándo realizar una poda importante.
Si un ciudadano quiere podar o derribar un árbol, debe solicitar el permiso correspondiente a la Dirección General de Gestión Ambiental.
La normativa municipal señala que solamente se permitirán modificaciones cuando “existiese un pedido fundamentado por parte de particulares y la Municipalidad, que otorgara el acuerdo correspondiente con posterioridad al estudio técnico pertinente”.
En otro punto, ordena que la poda sea realizada por personas o empresas especializadas.
Asimismo, los motivos de derribo de árboles que deben ser tenidos en cuenta son: decaimiento y pérdida de vigor que sea irrecuperable, cuando genere trastornos en el tráfico vehicular o peatonal, cuando existe amenaza de caída y pongan en peligro las estructuras civiles.
Si hay una declaración de patrimonio natural, el árbol nativo no podrá ser podado ni derribado.