El presidente Mario Abdo Benítez completa su primer año de gestión a la sombra de un juicio político y sin tener el control del Congreso. Está sometido al capricho del ex presidente Horacio Cartes, líder del principal sector de la ANR que operó como oposición generando una crispación que arrastra desde agosto.
Para los analistas políticos Mabel Villalba y Camilo Filártiga, el escenario es bastante adverso y poco alentador ante la fragilidad institucional que genera la amenaza de juicio político, justo ahora que el Gobierno cumplirá un año y con un escándalo a cuesta por culpa del pacto secreto con Brasil para la comercialización de energía de Itaipú.
Filártiga recordó que al inicio de su gestión, Abdo tenía cierto control del Congreso. Sin embargo, hoy pasó a un escenario donde no tiene control efectivo ni en la Cámara de Senadores ni en Diputados y mucho menos en el Partido Colorado, según subrayó.
Agregó que a esto se suma que el vicepresidente Hugo Velázquez, lejos de favorecer a las estrategias y planes de gestión, demuestra que tiene otros intereses.
Sostuvo que a nivel interno es la primera vez que en toda la transición un ex presidente como Horacio Cartes mantiene los niveles de poder, incidencia y liderazgo.
“(Marito) Tiene que administrar internamente la amenaza del poder de Horacio Cartes”, sostuvo el analista.
Añadió que además de la crisis interna, el panorama internacional tampoco es alentador porque Abdo tendrá que lidiar con el liderazgo fuerte de Jair Bolsonaro, presidente del Brasil, en el contexto de la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, en el 2023.
“(El Gobierno) No logró resultados que generen impacto en este un año, salvo Arrom y Martí. No hay resultados emblemáticos para generar confianza en la ciudadanía”, aseveró Filártiga.
Dijo que en estos 12 meses, Abdo demostró incapacidad para generar confianza y no hay buena perspectiva con la renegociación de cara al 2023.
El analista afirmó además que “el Gobierno no tiene condiciones políticas para sostenerse por cuatro años”.
“Está condicionado por los sectores políticos”, remarcó.
Acotó que una salida que puede tener es que convoque a un acuerdo nacional.
“El problema es que con la crispación y el descrédito, no irá nadie”, significó.
debilidad. Villalba sostuvo que un Gobierno que adolece de debilidad institucional genera mucha incertidumbre en la ciudadanía, más aún porque bajo su responsabilidad está nada menos que la renegociación del Tratado de Itaipú en el 2023,“frente al otro país (Brasil) que es una potencia en la región y que se ha caracterizado por ciertas pretensiones hegemónicas a lo largo de historia”.
Sentenció que el Gobierno de Abdo es el primero en 30 años que antes de cumplirse su primer año de Gobierno ya está enfrentando una situación de amenaza real de juicio político y que esta situación incluso tiene repercusiones a nivel internacional.
“La figura del juicio político es empleada actualmente en esta crisis como una herramienta de canje, desvirtuando su función de una figura para el control de la gestión de las autoridades y como una medida excepcional”, aseveró.
La politóloga sostuvo que la transición paraguaya ha sido una “transición desde arriba”, como la denomina la teoría política. “Es decir, que las élites son las que permiten una apertura del Gobierno, sin participación ni incidencia efectiva de la población”, remarcó.
Consideró que la crisis generada con la firma de un acta que favorece al Brasil frente a los intereses paraguayos es un síntoma de la pérdida de soberanía de Paraguay, “que lleva décadas con el avance paulatino de los agronegocios y expulsión de campesinos, considerando la penetración de grandes firmas brasileñas en territorio paraguayo”.