25 may. 2025

Ámsterdam es un bello sinsentido

Una enfermera guarda las balas ensangrentadas de los soldados que sobreviven –o no– a las crudas batallas de la Primera Guerra Mundial. Para revelar el secreto de lo que hace con el plomo, pide a Christian Bale (oscarizado por La Gran Estafa Americana) y John David Washington (Tenet), dos veteranos, que le ofrezcan algo de valor. Ellos le enseñan a hacer “música sin sentido”, encadenando al azar frases que no tienen relación entre sí, y entonando el resultado en una melodía.

En gran parte, Ámsterdam se siente como un intento por parte de su director David O. Russel (Nominado al Oscar por La Gran Estafa Americana) de contar una historia diferente a lo usual utilizando un método similar, apoyándose en las grandes habilidades actorales de Bale, apoyado por Washington, Robert De Niro, Margot Robbie, Chris Rock, Anya Taylor-Joy, Zoe Saldana, Mike Myers, Michael Shannon y Rami Malek, con una pequeña participación de la cantante Taylor Swift.

No muchas películas incorporan tanto talento individual y consiguen que el todo este a la altura de sus partes. Ámsterdam es un bello sin sentido, y aunque es entretenida, divertida y estéticamente consigue integrar estilos y cuadros de época del primer tercio del siglo pasado, no logra en conjunto estar a la altura del talento de Christian Bale y la actuación que despliega en cada cuadro de la narración.

En un momento en que en varios lugares del mundo se da un resurgimiento de tendencias fascistas y en el cual una guerra a gran escala en Europa amenaza a desbordarse, la película se siente como un recordatorio de los horrores de la guerra, de la desnaturalización de la vida en algunos sistemas políticos, y de cómo la vida intenta continuar, libre, siempre que estemos dispuestos a luchar por ella.