Como una medida extrema, las familias de este sector capitalino decidieron salir con pancartas a manifestar su malestar por esta situación que de acuerdo al mismo testimonio de los afectados se mantiene desde hace décadas, a pesar de los constantes reclamos realizados, tanto a la Comuna asuncena como a la Essap.
En este sector funciona el Colegio Eduardo López Moreira, el convento de monjas Natividad de María, que tiene un comedor de niños, lo que hace que por el lugar se muevan numerosos chicos que deben caminar entre los efluentes cloacales.
REALIDAD. Ana María de Zaracho, frente a cuya residencia está la cloaca a cielo abierto, en el cruce de Joel Estigarribia e Yvapovõ, explicó que ya hicieron numerosos reclamos a las autoridades de la empresa aguatera y de la institución municipal, sin que las mismas se hagan cargo del problema.
“Hemos creado varias comisiones vecinales, la última fue Vecinos Unidos, pero no conseguimos nada. Solo se acuerdan de nosotros cuando quieren pedir votos”, lamentó.
Comentó que los directivos del Liceo Santa María, que está en la esquina de Joel Estigarribia y 8 de Setiembre, decidieron cerrar las puertas debido a la falta de estudiantes, a causa de este drama.
RESPUESTA. El asesor de alcantarillado de Essap, Néstor Roa, explicó que en ese punto se construyó un colector principal dentro del proyecto de la cuenca del Itay sobre Joel Estigarribia, con una cañería de 700 milímetros, pero que el problema no es por las redes nuevas para los frentistas de esa arteria, sino por una tubería vecinal que viene por la vereda y que se rompió o se cortó y lanza efluentes a la superficie.
Dijo que los vecinos se pueden acercar a la Essap y firmar un convenio para extender las redes, de manera a solucionar este problema.
Concluyó que en 15 días más adjudicarían obras en la ciudad de Fernando de la Mora, donde se dará solución a un sector de Joel Estigarribia.
Un viscoso líquido se escurre a lo largo de cuatro cuadras del hundido empedrado de la calle Joel Estigarribia. Vecinos denuncian que la Comuna capitalina y la Essap se desentienden del problema.
Es insoportable vivir así. Esto nos enferma, sobre todo a los niños, que tienen vómitos y diarrea al estar mezclados con la mierda.
María Cristina Fretes,
vecina.
Ya no recibimos ni visitas de amigos ni las fiestas de fin de año podemos pasar aquí. El olor nauseabundo domina todo.
Ana María de Zaracho,
vecina.