06 may. 2024

Alumnos de ecoescuela encarnacena siembran y consumen su cosecha

Entusiasmados.  Los chicos de la ecoescuela  disfrutan de cosechar  sus propios alimentos.

Entusiasmados. Los chicos de la ecoescuela disfrutan de cosechar sus propios alimentos.

Raúl Cortese
ENCARNACIÓN

Dentro del terreno de la escuela, los alumnos tienen su huerta ecológica donde cosechan frutas y verduras, que la empresa que provee el almuerzo a la institución compra, quedando lo recaudado para beneficio de la comunidad escolar. Así funciona la ecoescuela conocida como Río Paraná, en el barrio Pacú Cuá, de Encarnación.

“El objetivo es crear un espacio de aprendizaje y transferencia de tecnología, a niños, jóvenes, productores, estudiantes de nivel primario, secundario y universitarios, como así también a profesionales, mediante el uso y el empleo de los recursos naturales de forma sostenible con tecnología de punta al alcance de todos”, menciona el ingeniero Aldo Ríos, de la Dirección de Desarrollo Productivo de la Municipalidad.

El programa apunta además a la producción orgánica automatizada, con la metodología de la investigación-acción-participativa, “con el objetivo principal de satisfacer las necesidades actuales en los aspectos productivos, sociales, culturales, ambientales y económicos del medio rural”, ejemplificó.

Desde el año pasado este proyecto se lleva adelante en la institución y la empresa compra toda la producción, como una retribución o responsabilidad social y ambiental.

“La Dirección de Desarrollo Productivo se encuentra a cargo de realizar los trabajos de mantenimiento con sistema de riego y la colocación del sistema de riego”, manifestó el ingeniero Aldo Ríos, al mencionar que “es un plan piloto que se inició gracias a Proyectos Productivos de la Municipalidad de Encarnación y a la intención de la empresa de reinvertir, con el propósito de dejar un precedente de la posibilidad que tiene una compañía de volver a invertir en la misma comunidad en donde está trabajando, y también estamos viendo otras escuelas para aplicar el mismo proyecto”, mencionó la encargada de la empresa Girasoles en el Departamento de Itapúa, María del Carmen Colmán.

SEGUIMIENTO. Los encargados, docentes y niños reciben de manera permanente un seguimiento como monitoreo de la evolución de los cultivos, con la asistencia técnica de la Municipalidad. La empresa que suministra el almuerzo escolar provee a la escuela de una lista de productos hortícolas que han de configurar en el menú que se les suministra, para que sean cultivados en la institución escolar.

En la actualidad se está culminando el primer ciclo o la primera zafra y planean llevar adelante los ajustes necesarios con la idea de poder replicar este mismo emprendimiento en otras instituciones escolares.

Aguardan aprobación de otro ambicioso proyecto
Un proyecto de mayor envergadura espera la aprobación de la Junta Municipal. La iniciativa apunta a una producción organizada con base en un plan nutricional de forma escalonada, capaz de proveer todo el año los insumos, con el valor agregado de la cocina industrial instalada en el mismo predio con cámaras frigoríficas, para producir la merienda y almuerzo escolar para 1.000 a 1.500 niños de escuelas periféricas circundantes de la zona.
Este proyecto ya posee un modelo a pequeña escala de un invernadero/laboratorio, que está siendo implementado a través de recursos de Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) en el local de Proyectos Productivos de la Municipalidad de Encarnación, agregando tecnología de forma permanente, que brindará un soporte importante de sustentabilidad al proyecto Eco Granja Escuela.
“Con ello se fomenta la agroecología, estudiando la relación de los cultivos agrícolas y el medioambiente, gestionando los sistemas agrícolas sostenibles para la obtención de alimentos más saludables, incorporando un enfoque de la agricultura más ligado al medioambiente y más sensible socialmente”, explicó el ingeniero Aldo Ríos.