“Antes el dilema era existencial: ¿De dónde vengo?, ¿adónde voy?, ¿quién soy? Hay una desaparición de la búsqueda de la riqueza personal del ser honesto, educado, solidario por la del tener, dominar, mandar”, sostiene y asegura que “todo esto crea un vacío interior muy grande y un proceso de deshumanización, posición egoísta, indiferencia autista, relación utilitarista”, explica el doctor Charles, sicoterapeuta analítico y médico siquiatra.
Todas las edades de cambio –como lo son la adolescencia y la senescencia– son más propensas al estrés, afirma. “Pero en general se ve más en personas ansiosas, apuradas, competitivas, autoexigentes consigo mismas”.
El doctor Rodas señala que el problema actual es “que no se respetan los tiempos evolutivos del ser humano. La sociedad de consumo lo hace todo rápido. Los niños se portan como adolescentes y los adolescentes juegan de adultos; no hay capacidad de espera”.
INCREMENTO. Se registra un aumento considerable del estrés en la adolescencia porque es una etapa de tránsito entre la niñez a la edad adulta, dijo la licenciada en sicología, Fátima López Moreira, que atiende diariamente este tipo de casos.
La alta carga horaria académica; del colegio a clases de inglés, mucha exigencia en el deporte, el aspecto competitivo en todos los ámbitos, inciden en el estrés.
Presión. “El deporte dejó de ser recreativo, es competitivo. Hay un alto nivel de exigencia en todos los espacios. Ellos tienen mucha presión y nos encontramos con adolescentes cansados, irritados y que ya no están motivados. Los chicos terminan el colegio y no saben qué seguir. Están cansados y confundidos porque están con demasiada carga externa e interna”.
Los síntomas se presentan a nivel físico, como las alteraciones del peso, del sueño, insomnio, problemas gastrointestinales. “Este estrés en la etapa adolescente puede precipitar la depresión, ansiedad y hasta la drogadicción”.
El ocio, estar con los amigos, compartir con la familia, es lo que se debe fomentar en esta edad. “Más no es mejor. Elijamos actividades de calidad. No es estar de balde todo el día, se tiene que priorizar la salud mental con espacios de recreación”, indicó López.