La fiscalía y policía chilena allanaron ayer las oficinas de 4 obispados en el país, en busca de documentos que permitan avanzar en las investigaciones de casos de abusos contra menores por parte de miembros de la Iglesia Católica.
La medida se enmarca dentro de otras diligencias realizadas en los últimos meses a diferentes dependencias de la iglesia, para encontrar pruebas por acusaciones de encubrimiento contra sacerdotes y líderes católicos.
El fiscal Emiliano Arias, designado con amplias facultades para investigar casos en todo Chile, ordenó el allanamiento en simultáneo de oficinas de obispados de la ciudad costera de Valparaíso y de las ciudades de Concepción, Chillán y Osorno. Las diligencias contra dependencias de los obispados ocurren luego de que hace un mes el gobierno chileno concretó una solicitud de documentos canónicos al Vaticano sobre nueve imputados en casos de delitos sexuales de religiosos.
Las denuncias contra diversos miembros de la Iglesia Católica llevaron este año al papa Francisco a abrir una investigación que generó la salida de obispos y otros sacerdotes. En junio, Francisco sacó de su cargo a Juan Barros, entonces obispo de Osorno, acusado de encubrir un polémico caso de abuso de su sacerdote mentor. reuters