06 may. 2024

Al pagar impuestos, compremos lo nacional

“Si el Estado quiere gastar más, solo lo puede hacer pidiendo prestado de tus ahorros o cobrándote más impuestos. No es bueno pensar que algún día vendrá otro a pagar. Ese otro eres tú. No existe tal cosa como el dinero público. Solo existe el dinero de los contribuyentes”. Esto lo dijo Margaret Thatcher hace décadas y sigue siendo tan verdadero.

El Estado paraguayo no tiene ahorros, lo que tiene es capacidad de endeudamiento. Es por eso que los gastos del Covid-19 se pagaron con bonos, no con dinero en caja. Ahora se viene el plan de recuperación económica, que no es nada diferente a más endeudamiento. Entonces, este endeudamiento lo vamos a pagar todos con un considerable aumento de nuestros impuestos ya en el corto plazo. Este hecho es tan inevitable como lo es la ley de la gravedad. Nadie quiere hablar del tema porque no hay capital político suficiente para gestionarlo. Convenientemente toda la discusión se centra en lo inmediato al ámbito de la salud, porque si levantásemos la vista al horizonte económico de más largo plazo, la dura consecuencia es obvia.

Con una presión tributaria actual del 9,9% y una deuda/PIB superando el 30%, es innegable que el tamaño del Estado es muy reducido para la dimensión de su deuda actual. La ecuación solo empeora cuando proyectamos esos porcentajes considerando futuros desembolsos de “contratos” ya firmados previo al coronavirus. Mientras estos “contratos” en ejecución son legítimamente para crear desarrollo, empleo e infraestructura, por lo que producirán riqueza futura para pagar la deuda futura, la gran mayoría de los recientes gastos del Covid fueron para gastos corrientes y subsidios, lo que no generará ningún tipo de valor económico para el futuro. O sea, aumentamos nuestra deuda sin destinar esos recursos en construir capacidades adicionales que ayuden a pagar esa mayor deuda.

Si vamos a tener que gastar dinero prestado –con plata que no tenemos– para otras cosas que no se convertirán en “bienes públicos” como las sólidas obras de infraestructura, que al menos ¡se compren productos y servicios de origen nacional! El raciocinio moral es: Si el Estado me endeudará a mí como paraguayo, que al menos me compre lo que yo paraguayo produzco con mis manos, con mi tiempo, y que así indirectamente fortalezca mi empleo, mi empresa y mi país. Que el dinero quede en el Paraguay, y no vaya al extranjero. Posiblemente el producto nacional será un poco más caro, pero con la ayuda de un gran comprador como lo es el Gobierno, el mayor volumen ayudará a bajar los costos de producción, promoverá eficiencias, permitirá amortizar inversiones en maquinarias y sistemas, cuyos beneficios quedarán después del Covid. Fortalecerá la industria nacional al servicio de la sociedad. Pero si le compramos al extranjero, ese valor irá al extranjero.

Por ejemplo, según lo explicado por la “Comisión Especial de Supervisión y Control de Compras”, el Ministerio de Salud dice que necesita comprar urgentemente 400.000 overoles médicos. Supuestamente la industria nacional en ese plazo solo le puede entregar 100.000. Entonces decidieron comprar los 400,000 en el exterior. Si el Estado tiene 300,000 funcionarios en total, ¿qué tan “urgente” pueden ser 400.000 prendas? Una solución patriótica hubiera sido hacer un plan de entrega con la industria nacional donde se compra la totalidad, se entrega todo lo que se dispone en la brevedad, y se pactan entregas parciales hasta cumplir el total. Una acción como esta efectivamente promoverá el empleo, la mejora de la infraestructura técnica de la industria nacional, la competitividad y la eficiencia de ese sector.

Ya que seremos nosotros –naturalmente los paraguayos– quienes pagaremos el gran aumento de impuestos que se nos viene encima, que al menos los recursos provenientes de esa deuda se usen para comprar lo que podemos producir localmente. ¡Eso es ser patriótico y justo!

Más contenido de esta sección
A poco más de dos semanas del inicio de las clases en las instituciones educativas oficiales, nos encontramos frente a un desolador y conocido panorama: el abandono de las escuelas públicas. En un rápido recorrido de UH por algunos establecimientos se comprueban pisos hundidos, techos con goteras, letrinas en vez de baños, sin acceso a energía eléctrica o agua potable. Ese es precisamente el estado de la educación pública en el Paraguay, un país desigual que les niega las mínimas oportunidades a sus niños y jóvenes.
Nos encontramos en medio de una nueva epidemia, esta vez es el dengue y la peor noticia, además del costo de vidas que está teniendo es el hecho de que se trata del mismo vector: el Aedes aegypti. Muy pronto la población y las autoridades olvidaron el impacto que tuvo dicho mosquito con la anterior epidemia, aquella vez de chikungunya, que dejó no solamente un tendal de fallecidos, sino además personas que sufrieron largas secuelas de la enfermedad. Resulta inaceptable a estas alturas que un mosquito siga causando crisis en nuestra salud.
No sé el motivo por el cual Hernán Rivas es tan importante para Honor Colorado. El hombre pasea su insolencia por los tres poderes del Estado con total impunidad y, pese a las evidencias de su impostura, sigue disfrutando de una inalterable protección política
A pesar de que ya se había advertido, desde el año pasado, que el verano podría llegar con una epidemia conjunta de dengue y covid-19, poco se ha hecho para evitar las terribles consecuencias de una nueva crisis en el sistema de salud. Las predicciones se están cumpliendo, atendiendo a los datos de Salud Pública; por semana se están contando los casos de Covid-19 y dengue con un aumento del 30%. Mientras, los servicios ya están comenzando a colapsar, mostrando preocupantes imágenes de pacientes en las urgencias aguardando ser atendidos.
El pasado miércoles Nenecho Rodríguez tomó la decisión más aplaudida desde que es intendente de Asunción: Suspendió sine die la vigencia del estacionamiento tarifado de la empresa Parxin.
Hasta hace unos días, creía que el término “nepo baby” era un neologismo creado localmente a raíz del actual escándalo de nuestro Parlamento. Wikipedia me informa que ya fue tendencia en TikTok en 2022, pues fue la palabra con la que los usuarios señalaban a los que se volvían famosos simplemente por ser hijos de artistas famosos.